Monseñor Silvio Báez recordó a los creyentes el último mandamiento que promulgó Jesús “Ámense unos a otros, como yo los he amado”, frente a una sociedad donde los poderosos se imponen con crueldad, por eso instó a no renunciar al amor y renovar el compromiso por hacer el bien a los demás.

En su homilía, Báez reflexiona en el pasaje bíblico en Lucas 7,11-17 el cual enseña que Jesús era sensible al sufrimiento de los demás, es decir no podía pasar de largo ante alguien que estaba sufriendo.

Quien ama como Jesús, vive aliviando el sufrimiento y secando lágrimas. En la cultura de la indiferencia, donde la consigna pareciera ser “sálvese quien pueda”, quien ama como Jesús hace circular la cercanía y la solidaridad por las venas del mundo”, expresó.

El obispo manifestó que en una sociedad en donde los poderosos se imponen con crueldad, como expertos en hacer llorar y producir dolor, “aquellos que aman como Jesús denuncian a los que hacen sufrir, se pone del lado de quien sufre, lucha contra el sufrimiento e introduce consuelo y esperanza en los corazones heridos”.

Agrega “Renovemos siempre el compromiso por hacer el bien a los demás y colaboremos a que su vida sea más llevadera y feliz. En la sociedad, no imitemos a quienes han hecho de la crueldad y la maldad un estilo de vida”

En ese sentido, instó a los fieles a no desanimarse ante el aparente triunfo de la injusticia y de la violencia.

No nos acostumbremos a una falsa normalidad en la que reina el miedo y abundan las lágrimas. No escojamos nunca la resignación. Permanezcamos a toda costa en el amor que pone a las personas en el centro y sueña y lucha por un mundo mejor”, dijo monseñor Báez, desde la iglesia Agatha, en Miami donde se encuentra exiliado.