
Usuarios denuncian uso de buses viejos que se dañan con frecuencia, incumplimiento de horarios, maltratos, conducción temeraria y alteración de tarifas. Un transportista admite que “deben mejorar” pero “capea el bulto” diciendo que la tarifa oficial no es rentable y que en el arreglo “debajo de la mesa” con el gobierno, ellos cargan con la peor parte
Los usuarios de transporte que viajan en los llamados “buses ruteados” a los municipios y a las ciudades de las cabeceras departamentales de Estelí, Madriz y Nueva Segovia, sienten que exponen todos los días sus vidas por el mal estado de la mayoría de estas unidades. Se quejan del hecho de que cuando se dañan, los dejan a medio camino y “el rescate” tarda horas en llegar y a veces no llegan.
También se quejan de malos tratos de parte de los prestadores de servicio y de subidas antojadizas en los pasajes. Añaden los quejosos que los que prestan viajes expresos también han caído en el desorden y la falta de respeto a los usuarios. “¿Dónde están las autoridades que los regulan?”, se pregunta un pasajero en tono molesto.
Lea más: Refuerzan aprendizajes a pequeños productores de Chontales
Los ciudadanos señalan que el grupo de empresarios que acaparan las licencias para operar estas unidades de buses, los expresos y urbanos, más decenas de concesiones de taxis en las ciudades de Estelí, Somoto y Ocotal, no invierten en un buen mantenimiento de sus unidades. Pese a que ellos tienen el monopolio del servicio y “lo exprimen” sin ninguna competencia.
MTI desoye las denuncias
Los ciudadanos dicen que los conductores y los ayudantes de estas unidades de transporte colectivo siempre andan “como endemoniados”. “El maltrato es tal que ha habido momentos en que bajan a pasajeros de la unidad, ¿Por qué? Porque les reclaman por el mal comportamiento o por el cobro excesivo entre tramos”, dice la esteliana, Rosa Edelmira.
“Las zanganadas son tal que a veces ni siquiera te regresan el dinero pagado. Simplemente, te dejan botado, en medio camino y sin riales”, se queja la ciudadana.
Contó que pese a que en Managua las autoridades de policía y la alcaldía, prohibieron a las unidades de transporte urbanos colectivos el uso de parlantes para música estridente ante la queja de usuarios, los transportistas estelianos se mofan de la prohibición y cuando les reclaman por el alto sonido de las bocinas en vez de bajarles, le suben más.
Otro problema para el que piden respuesta de parte de las autoridades del Ministerio de Transporte e Infraestructura, MTI, y hasta de la misma Policía, es por el exceso de pasajeros y carga en las unidades. Aseguran que eso, sumado a la forma temeraria con la que manejan los conductores, los pone en peligro a todos. “Si van atrasados con la llegada a la terminal se convierten en bólidos del horror”, dice doña Rosa Edelmira.
Taxis en “el río revuelto”
Los usuarios se quejan también de los taxistas. Señalan que la tarifa del servicio la imponen según la temporada, “a su antojo, más bien”, critican. Rosa Edelmira, agrega que el pasaje en la ciudad de Estelí, pasó de 30 a 40 córdobas en diciembre último y así quedó. “No se bajan de eso, como si cada mes dieran aguinaldo”, se queja.
Don Armando Morales Carrasco, originario de la ciudad de Ocotal, contó que, en parte, los cadetes le subieron al pasaje porque los dueños de taxis pasaron de pedirles 1,500 córdobas a 2,000 por cada turno de ocho horas. “El problema es que quien paga todo esto es el usuario, al consumidor le pasan la factura de todo lo que sube y los salarios de la gente que tiene trabajo, está estancado”, señala.
Morales Carrasco dice que uno de los problemas con los conductores “mal portados” es que “el grupo” de empresarios del transporte, tienen a muchos jóvenes conduciendo las unidades. “Eso pasa en los buses segovianos, por ejemplo”, señala. “Por eso el servicio dentro de esta ciudad esteliana es pésimo. Es gente al volante sin experiencia y sin formación en las relaciones humanas o del servicio-cliente”, criticó.
Otros pasajeros consultados en las terminales de buses de las ciudades de Estelí y Somoto, lamentan que todavía circulen unidades tan viejas como “las amarillas” que antes fueron transportes escolares en otros países, que ya dieron su vida útil. “Los transportistas remiendan las carrocerías, los asientos quebrados y sin forros, el piso carcomido de sarro, llantas pelonas y hasta viajan con luces en mal estado y con fallas continuas en los motores que los dejan a mitad de camino. Eso no debería ser”, recomendó Morales Carrasco.
Mismo problema del transporte en Somoto y cambios en Nueva Segovia
Por su parte, don Luis Felipe Sandoval, de la ciudad de Somoto, en Madriz, dijo que en su zona pasan por lo mismo. “Los buses se dañan a cada rato y dejan a los pasajeros abandonados. Y todo bien, gracias MTI”, critica.
Pero otros usuarios, reconocen mejoría en el caso de las unidades de buses en Nueva Segovia. “Fíjese que aquí los transportistas tienen buses Scania, Mercedes Benz, Marco Polo y otros que no se ven tan viejos”, dijo Alexis José Martínez Rodríguez, comerciante de Ocotal que viaja con frecuencia a Estelí y Managua.

No obstante, se quejó de que ahí los transportistas suben las tarifas cuando quieren. “El pasaje de Somoto a Estelí cuesta 60 córdobas y de ocotal a Estelí 70, pero si yo me subo en el empalme de Yalagüina, donde debería de costar 50, estos sinvergüenzas te cobran los mismos 70”, denunció.
Mal servicio en algunas unidades de transporte
En el municipio de Palacagüina, zona del departamento de Madriz, por donde pasan muchas de las unidades que van de Estelí a las ciudades de Ocotal y Somoto, los conductores no cumplen con las paradas. “La gente se deja botada, aunque pasen vacíos, no se detienen a montarlo a uno”, se quejó doña Consuelo Hernández, comerciante de rosquillas en esta localidad.
Hernández denunció también que las unidades de buses expresos que van hacia Managua también ofrecen un servicio muy deficiente. “Muchos no terminan de cumplir sus recorridos, porque se quedan con mucha frecuencia a mitad de camino. El pasajero pierde tiempo y el tiempo es dinero. Deben revisar esos malos servicios”, llamó.
Uno de los dueños de unidades admitió que “hay mucho que deben mejorar”, pero que no todo es responsabilidad de ellos. “El pasaje está por debajo del costo, lo que pasa es que si aquí hablamos perdemos la licencia para operar”, señala, al mismo tiempo que solicitó estricta protección a su identidad para evitar represalias.
“Es cierto que hay un arreglo, un entendimiento con el gobierno, pero, hay cosas en la que nosotros perdemos, la gente está fregada, y lo sabemos, pero nosotros también, el combustible está caro, los repuestos, los impuestos… Es bastante la verdad”, dijo.