Una ceremonia llena de fe y gratitud

El funeral del Papa Francisco se celebró en la Plaza de San Pedro, en el Vaticano. La ceremonia fue presidida por el cardenal Giovanni Battista Re, quien destacó que Francisco fue un ferviente defensor de la paz y de las personas más desfavorecidas. Durante la homilía, Re recordó que el Papa “no cesó de alzar su voz implorando la paz” ante los conflictos en todo el mundo, siempre apostando por el diálogo y la sensatez para resolver las disputas.

El cardenal también resaltó que Francisco fue un “Papa entre el pueblo”, siempre atento a las necesidades de las personas pobres, migrantes y marginadas. Recordó su famoso llamado a “construir puentes y no muros”, un mensaje que lanzó incluso frente a líderes mundiales como Donald Trump, demostrando su compromiso inquebrantable con la inclusión y la fraternidad entre los pueblos.

Últimos gestos de entrega pastoral del Papa Francisco

Durante la emotiva ceremonia se recordó la última aparición pública del Papa, en el Domingo de Resurrección. A pesar de su delicado estado de salud, Francisco impartió la bendición desde el balcón de la basílica y recorrió la Plaza de San Pedro en el papamóvil, regalando a la gente su sonrisa y su cercanía hasta el final de su vida.

El Papa Francisco elige ser enterrado en la Capilla Santa Marta o cerca de ella, como un acto de humildad, coherente con su vida y su visión de una Iglesia más pobre y para los pobres. A lo largo de su pontificado, el argentino solía detenerse allí antes y después de cada viaje apostólico, para encomendar sus intenciones y agradecer la protección de la Virgen María, a quien veneraba bajo el título de “Salus Populi Romani” (Protectora del Pueblo Romano).
El Papa Francisco elige ser enterrado en la Capilla Santa Marta o cerca de ella, como un acto de humildad, coherente con su vida y su visión de una Iglesia más pobre y para los pobres. A lo largo de su pontificado, el argentino solía detenerse allí antes y después de cada viaje apostólico, para encomendar sus intenciones y agradecer la protección de la Virgen María, a quien veneraba bajo el título de “Salus Populi Romani” (Protectora del Pueblo Romano).

Re destacó el estilo directo y sencillo de Francisco, lleno de imágenes y metáforas que lograban tocar el corazón incluso de quienes estaban alejados de la Iglesia. También recordó su visión de una Iglesia como un “hogar para todas y todos”, con puertas siempre abiertas, donde cada persona pudiera encontrar acogida y esperanza.

Compromiso global con migrantes y marginados

Se evocaron momentos importantes de su pontificado, como sus viajes a Lampedusa, Lesbos y la frontera entre México y Estados Unidos. Estos viajes simbolizaron su profunda preocupación por las personas migrantes, refugiadas y excluidas, así como su lucha constante contra la pobreza y la injusticia en todo el mundo.

Más de 200,000 personas se reunieron en la Plaza de San Pedro para darle el último adiós. Además, más de 140 delegaciones internacionales estuvieron presentes, reflejando el amor y respeto que el Papa Francisco ganó con su vida de servicio, compasión y valentía.

Un testimonio de amor y justicia del Papa Francisco

El legado del Papa Francisco queda vivo en millones de corazones en todo el mundo. Su ejemplo de paz, justicia social y cercanía humana seguirá inspirando a las nuevas generaciones y a toda la Iglesia para seguir construyendo un mundo más justo, inclusivo y fraterno para todas y todos.