
Anita Carmona dedicó más de cuarenta años a trabajar en el mercado de Camoapa
La señora Ananías del Socorro Carmona Masis, conocida popularmente como Anita Carmona, es una figura emblemática en el municipio de Camoapa. Durante más de cuarenta años, fue comerciante en el mercado local, donde vendió alimentos y logró, con su esfuerzo, sacar adelante a sus cinco hijos y extender una mano amiga a personas en situación de extrema pobreza. Su trabajo y su dedicación a la comunidad le han dado un lugar en el corazón de los camoapeños.
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A sus setenta y cuatro años, doña Anita está retirada desde hace siete, y actualmente vive gracias al apoyo económico de sus hijos. Recordando su infancia, narra cómo desde pequeña asumió responsabilidades para ayudar a su madre y cuidar de sus hermanos. “A mí me tocó criar a mis hermanos mientras mi mamá trabajaba en lavar y planchar ajeno”, cuenta Anita. Desde entonces, su vida ha sido una constante lucha, marcada por la resiliencia y el sacrificio.
Anita inició un sueño en el mercado
Doña Anita comenzó su trabajo en un pequeño rancho en lo que hoy es el mercado de Camoapa. Allí, no solo se ocupó de proveer para su familia, sino también de impartirles valores de generosidad y servicio. “Gracias a Dios, con ese trabajo pude sacar adelante a mis hijos”, destaca, orgullosa, de que hoy todos ellos son profesionales gracias a su dedicación.
Más allá de su labor como comerciante, Anita fue conocida por su generosidad con aquellos que tenían menos. “Me acuerdo de un señor que era cieguito y caminaba con unos chavalitos, y yo cada vez que podía les daba su plato de comida”, recuerda con humildad. Su compromiso con la comunidad y su bondad espontánea hicieron que su espacio de venta fuera un lugar donde muchos encontraban no solo alimentos, sino un refugio y una ayuda en tiempos difíciles.
Uno de sus hijos, Pabloski Salazar Carmona, recuerda a su madre como una mujer incansable que madrugaba todos los días para abastecer su puesto de venta. “Más allá de que sea mi mamá, yo digo que es parte también de la historia de Camoapa, porque ella fue una de las primeras que comenzó en ese lugar”, expresa con orgullo. Además, comenta cómo el ejemplo de su madre, siempre dispuesta a ayudar a los niños y adultos en situación de calle, ha marcado profundamente su vida y la de sus hermanos.
Una vida dedicada al servicio y la fe
Actualmente, doña Anita vive una vida tranquila en su hogar, donde disfruta de buena salud y dedica su tiempo a la iglesia y a visitar a personas enfermas. “Ayudaré a los demás hasta que mis fuerzas me lo permitan”, afirma. Este espíritu de servicio es el que ha convertido a Anita Carmona en una verdadera leyenda de Camoapa, cuyo legado trasciende generaciones y sirve de inspiración para todos aquellos que la conocen.
