
El Banco Central de Nicaragua reporta un aumento del 11,5% en remesas durante 2024, impulsadas principalmente por flujos desde Estados Unidos
El Banco Central de Nicaragua ha revelado en su informe de octubre que las remesas familiares continúan siendo uno de los principales sostenes de la economía del país. Entre enero y septiembre de 2024, los nicaragüenses recibieron 3.828 millones de dólares. Representa un incremento del 11,5% en comparación con los 3.433 millones de dólares del mismo periodo en 2023. Este crecimiento es atribuido, en gran parte, al aumento de ingresos provenientes de Estados Unidos, que constituyen el 82,7% del total de remesas, es decir, 3.166,2 millones de dólares.
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Además de Estados Unidos, otros países como Costa Rica y España también aportan significativamente. Costa Rica representa el 7% de las remesas con 266,5 millones de dólares, y España un 5,8% con 223,3 millones. Juntos, estos tres países acumulan el 95,5% de las remesas recibidas hasta septiembre de 2024.
Impacto en la economía nacional
El impacto de las remesas en la economía nicaragüense es notable. En 2023, se alcanzó un récord histórico de 4.660 millones de dólares, un 40,5% más que en 2022. Estas transferencias representaron el 30% del Producto Interno Bruto (PIB) del país, un aumento significativo respecto al 23% del año anterior.
La migración ha sido un factor clave en este aumento, con cerca del 20% de la población nicaragüense, que asciende a 6,85 millones, viviendo en el extranjero. De este grupo, se estima que la mitad lo hace de manera indocumentada. Según datos del Alto Comisionado de las Naciones Unidas para los Refugiados (Acnur), al menos el 6,5% de los nicaragüenses ha salido del país desde el estallido de la crisis sociopolítica en abril de 2018.
Un sostén vital de las remesas para las familias nicaragüenses
Este fenómeno migratorio ha sido, en gran medida, la mayor emigración en la historia del país, lo que explica el crecimiento continuo de las remesas. La mano de obra de los nicaragüenses en el extranjero se ha convertido en un soporte vital para las familias que permanecen en el país. Refleja la interconexión entre la emigración y el bienestar económico de las comunidades nicaragüenses.