Emprendimiento femenino enfrenta desafíos para continuar con la panadería

La panadería de la Casa de la Mujer Nuestra Señora de Montserrat, ubicada en Camoapa, reanudó esta semana sus labores luego de estar inactiva por más de un mes. El cierre temporal se debió principalmente a la falta de personal, lo que obligó a la renovación total de su equipo de trabajo. Este emprendimiento liderado por mujeres busca consolidarse nuevamente como una opción confiable en el mercado local.

Blanca Duarte, presidenta de la junta directiva de la cooperativa, señaló que ha sido un proceso complejo reiniciar las actividades de la panadería comunitaria. “Tuvimos que reemplazar a todas las panaderas. Además, evaluamos profundamente la viabilidad del negocio, porque los costos de la materia prima son una amenaza constante”, expresó Duarte.

Estrategias para enfrentar los costos y sostener el proyecto

Según explicó la directiva, durante el año 2022 la panadería operó prácticamente en modo de supervivencia. Su principal objetivo es alcanzar la sostenibilidad financiera. “Estamos analizando opciones para mantener precios accesibles sin sacrificar la calidad del producto. También queremos dialogar con nuestra clientela para encontrar soluciones conjuntas”, comentó.

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Uno de los mayores retos que enfrenta este emprendimiento femenino es la inflación en el costo de ingredientes esenciales como la harina, el azúcar y la manteca. Esto impacta directamente la producción y comercialización del pan, un producto básico de alta demanda.

Enfoque en productos más vendidos y fortalecimiento de alianzas

Carmen Guevara, otra integrante activa de la Casa de la Mujer, indicó que planean centrar sus esfuerzos en los productos de mayor demanda entre la población de Camoapa. “La idea es incrementar los volúmenes de ventas y llegar a más personas con un pan de calidad y con el sello de la economía solidaria”, afirmó.

Además, están valorando establecer alianzas con negocios locales, ferias comunitarias y puntos de venta alternativos que les permitan expandir su clientela. La panadería no solo genera ingresos, sino que representa un espacio de empoderamiento y autonomía económica para las mujeres que forman parte de la cooperativa.