Centros educativos de Camoapa preparan actividades especiales para celebrar la Purísima antes del cierre del año escolar
Una de las actividades infaltables en el cierre del año, especialmente en los centros escolares cristianos de Nicaragua, es la celebración de la Purísima o la festividad de la Inmaculada Concepción de María cada 8 de diciembre. Sin embargo, este 2025 las escuelas de Camoapa adelantarán la conmemoración debido al fin del año lectivo, programándola para el 27 de noviembre.
El director del colegio San Francisco de Asís, profesor José Santos Hernández, explica que esta festividad es una tradición fundamental dentro del calendario académico, pues marca el cierre de sus actividades religiosas.
“Nosotros tenemos durante todo el año celebraciones principales como en mayo con la fiesta de María Auxiliadora o en octubre con la fiesta de San Francisco. Terminamos con la Purísima, que es una responsabilidad que tenemos como colegio católico de promover la devoción a la madre de Dios”, afirma.
El docente agrega que previo a la fecha central se desarrollará la novena en honor a la Virgen María. Durante nueve días el estudiantado participará en el rezo del rosario y en cantos propios de la tradición católica.
Preparativos y devoción a la Purísima en las aulas
“El día central cada grupo en su aula de clases compartirá lo que han preparado los padres de familia. Ese día vamos a cantarle con mucha alegría y devoción, porque tenemos que promover la devoción a la Virgen en la advocación de la Inmaculada”, señala Hernández sobre la organización interna del colegio.
Por su parte, la directora del centro escolar Jardín Infantil Bambi, profesora Karla Espinoza, indica que en esta institución la Gritería se realizará el viernes 28 de noviembre. El equipo docente organizará oraciones breves, cantos tradicionales y un pequeño compartir con apoyo de madres y padres de familia.
“Los padres ya se han organizado para que los niños compartan algo como es costumbre en la Gritería. También durante los días previos se les explicará a los pequeños el significado de esta celebración para que sepan lo que estamos conmemorando”, destaca la educadora.
Estas actividades reflejan el esfuerzo de las comunidades educativas por mantener vivas las tradiciones religiosas y culturales que forman parte de la identidad nicaragüense.
Historia de la Purísima y La Gritería en Nicaragua
La Purísima y La Gritería son dos de las fiestas religiosas más representativas de Nicaragua, dedicadas a la Inmaculada Concepción de María, patrona del país. Estas celebraciones unen fe, identidad cultural y expresiones populares que han perdurado más de dos siglos.
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Los orígenes se remontan al siglo XVIII, cuando frailes franciscanos promovían con devoción el dogma de la Inmaculada Concepción en ciudades como León. Las primeras celebraciones consistían en novenas, cantos y altares familiares que reunían a vecinos y amistades.
Nacimiento de la Gritería y evolución de la tradición
En 1857, el obispo Gordiano Carranza impulsó en León la tradición de salir a las calles a exclamar: “¿Quién causa tanta alegría?” – “¡La Concepción de María!”, acto que se convirtió en símbolo nacional y dio origen a la actual Gritería.
La celebración de la Purísima se vive mediante un novenario del 29 de noviembre al 7 de diciembre. Se acompaña de cantos tradicionales como Tu Gloria, Salve Azucena Divina y Ave María. Los hogares preparan altares decorados con frutas, flores, caña, luces y papel, y al finalizar se entrega la tradicional “gorra” con dulces, juguetes, bebidas y rosquillas.
Durante los siglos XIX y XX, la devoción se expandió a todo el territorio nacional, incorporando expresiones locales como la Gigantona y el Enano Cabezón. En León, las fogatas en Granada y los altares artesanales en Masaya. Incluso en momentos políticos complejos, la celebración se ha mantenido como un símbolo de unidad y fe.
Hoy, la Purísima y la Gritería representan fe mariana, identidad cultural, solidaridad comunitaria y tradición intergeneracional. Cada 7 de diciembre, a las 6 de la tarde, miles de familias nicaragüenses siguen respondiendo con orgullo: “¡La Concepción de María!”. Mientras, pólvora, cantos y campanas llenan de alegría los barrios del país.

