Nicaragua ha registrado un total de 790 muertes por accidentes de tránsito en lo que va del año 2024, según el más reciente informe del Instituto Nacional de Medicina Legal (INML). Esta cifra representa un aumento preocupante en comparación con años anteriores y genera serias alarmas sobre la seguridad vial en el país, que atraviesa una grave crisis en sus carreteras.

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El informe destaca que la mayor parte de los accidentes fatales han ocurrido en las principales vías del país, en particular en tramos de carreteras rurales y urbanas de alto tránsito. Los conductores jóvenes se han identificado como los principales responsables de estos siniestros, con un alto porcentaje de víctimas que aún no alcanzan los 30 años. Las autoridades atribuyen el incremento de estos accidentes, en su mayoría, al consumo de alcohol, el exceso de velocidad y la falta de educación vial.

Causas principales de muertes: alcohol, velocidad y falta de educación vial

A pesar de los esfuerzos de la Policía Nacional por intensificar la vigilancia en las principales rutas del país y llevar a cabo campañas de concientización sobre la importancia de una conducción responsable, los accidentes continúan ocurriendo a un ritmo alarmante. Organizaciones no gubernamentales y expertos en seguridad vial insisten en la necesidad urgente de implementar políticas públicas más efectivas, que incluyan una mayor educación en las escuelas y una aplicación más estricta de las leyes de tránsito.

Además de las víctimas fatales, el INML también reporta un elevado número de personas heridas, muchas de las cuales han quedado con secuelas permanentes que afectan gravemente su calidad de vida. El alto costo de los accidentes de tránsito, tanto en términos de atención médica como en la pérdida de productividad, también tiene un impacto negativo en el sistema de salud pública y en la economía del país.

Impacto económico y social de los accidentes de tránsito

Ante esta situación crítica, los expertos en seguridad vial han instado al gobierno a revisar profundamente las políticas de tránsito actuales y a implementar reformas que incluyan sanciones más severas para los infractores de las normas de seguridad vial. Entre las recomendaciones destacan la mejora de la infraestructura vial, la instalación de más controles de velocidad en puntos críticos y el fomento de la responsabilidad social a través de campañas educativas más robustas y continuas.

Las autoridades, por su parte, han afirmado que continuarán con los esfuerzos de control y prevención. Reconocen que el aumento de la mortalidad en las carreteras nicaragüenses es un desafío complejo que requiere de una acción conjunta entre las autoridades gubernamentales, la sociedad civil y los sectores privados para lograr una verdadera disminución de los accidentes de tránsito.

El reporte, que fue divulgado a través del portal digital Despacho 505, señala que, en conjunto con las cifras de muertes, las lesiones graves por accidentes de tránsito son un problema de salud pública que demanda atención inmediata para evitar un mayor deterioro de la seguridad vial en Nicaragua.