
Solemnidad y fe en Boaco Viejo
Este domingo 8 de diciembre, en un ambiente de recogimiento y celebración, 90 niños y niñas de la comunidad de Boaco Viejo recibieron el sacramento de la Primera Comunión en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús. La eucaristía, que inició a las 10:00 de la mañana, también conmemoró la solemnidad de la Inmaculada Concepción de María, una de las festividades marianas más significativas para los fieles católicos.
El evento comenzó con un ritual en el que se confirmó que los pequeños habían cumplido los requisitos necesarios para recibir este sacramento, incluyendo un proceso catequético dedicado. A lo largo de la ceremonia, los padres y padrinos renovaron su compromiso de guiar espiritualmente a los niños, comprometiéndose a acompañarlos no solo en este día especial, sino durante toda su vida.
Reflexión sobre la importancia de la Primera Comunión
El padre Gerald Jarquín, párroco de la iglesia Sagrado Corazón de Jesús de Boaco Viejo, dirigió palabras de aliento y reflexión a los niños, recordándoles la importancia de vivir según los valores cristianos. “Ustedes deben buscar y adorar a Jesús sacramentado porque Él es el centro de nuestra fe. También tenemos que querer a la Virgen María; ella es el camino para llegar a Jesús y siempre escucha nuestras oraciones”, afirmó.
El sacerdote también instó a las familias a fortalecer su compromiso con la formación espiritual en el hogar. “La primera escuela de la fe es el hogar”, enfatizó, agradeciendo además el trabajo desinteresado de los catequistas, quienes desempeñaron un papel crucial en la preparación de los niños.
La madre de familia Glenda González, visiblemente emocionada, compartió su gratitud: “Es un día que hemos esperado con mucha ilusión. Mi hijo estaba ansioso por este momento, y agradezco profundamente a la catequista por su paciencia y dedicación”.
Emotiva ceremonia en Camoapa
Por su parte, en la parroquia Medalla Milagrosa de Camoapa, 181 niños y niñas participaron en la celebración de su Primera Comunión en dos eucaristías a las 8:00 y 10:00 de la mañana.

El párroco Walter Mejía expresó su agradecimiento a Dios por permitir este importante momento y destacó el trabajo colectivo de catequistas, familias y colaboradores. “Mi agradecimiento a Dios en primer lugar, porque nos ha permitido acompañar a estos niños a través del proceso catequético. También agradezco a los catequistas por su labor gratuita y desinteresada, y a ustedes, padres de familia, por ser un ejemplo de fe para estos pequeños”, señaló el sacerdote.
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Además, el padre Mejía subrayó que este sacramento no debe verse como un fin, sino como un compromiso continuo con la vida eclesial. “La Primera Comunión debe ser el inicio de una vida de fe activa. Es importante que las familias sigan participando en la Iglesia y fomentando los valores cristianos en sus hogares”, añadió.
Celebración de Primera Comunión y recuerdos imborrables
La ceremonia en Camoapa incluyó animación por parte de los grupos religiosos, como los “Amiguitos de Jesús”, que enriquecieron la jornada con cantos y oraciones. Gracias a una transmisión en redes sociales, familiares y amigos que no pudieron asistir físicamente tuvieron la oportunidad de unirse virtualmente al evento, destacando la importancia de la tecnología en el fortalecimiento de la comunidad.
Al finalizar, los asistentes aprovecharon para tomar fotografías conmemorativas con el padre Víctor, quien presidió ambas ceremonias. Estas imágenes quedarán como un recuerdo imborrable de un día significativo en la vida de los niños y sus familias.
Un llamado a fortalecer la fe
Ambas celebraciones, tanto en Boaco Viejo como en Camoapa, resaltaron la importancia de la formación religiosa desde la infancia y el papel de las familias en el camino espiritual de los niños. El esfuerzo de los catequistas y la devoción de las comunidades evidencian el compromiso colectivo con la fe y los valores cristianos.
Estas jornadas no solo celebraron un sacramento clave para los pequeños, sino que también recordaron a las familias la importancia de mantener viva la tradición y de ser guías espirituales activos en el crecimiento de los más jóvenes.