Una tradición que reúne a la comunidad

El pasado sábado 7 de diciembre, cientos de ciudadanos de Camoapa se congregaron en las calles de la ciudad para celebrar la tradicional Gritería en honor a la Inmaculada Concepción de María. Aunque la tradición establece que los cantos y rezos comienzan oficialmente a las 6:00 p.m., desde las primeras horas de la tarde se observaban familias y grupos de devotos visitando los altares instalados en diferentes puntos de la localidad.

Este año, la cantidad de altares fue menor en comparación con años anteriores, reflejo de las dificultades económicas que atraviesan muchas familias. Sin embargo, los devotos no dejaron de esforzarse para mantener viva esta celebración. Algunas personas optaron por realizar sus rezos y cantos en días previos al 7 de diciembre, adaptándose a sus posibilidades.

Las cosas no están fáciles, pero siempre hacemos el esfuerzo de festejar a la madre de Dios”, expresó una devota de la Inmaculada Concepción, quien comentó que preparó menos paquetes para repartir debido a la situación económica. “Llevo siete años haciendo la Purísima porque es una tradición heredada de mis padres y espero transmitirla a mis hijos”, agregó con esperanza.

El espíritu de la juventud camoapeña cantándole a la virgen en las calles

Entre los participantes estuvo Enmanuel Salgado, un joven que desde niño ha salido a las calles a cantar a los altares junto a su familia. “Antes éramos un grupo grande con guitarras, maracas y hasta una trompeta. Ahora, muchos se han ido del país, pero seguimos saliendo con la misma devoción. La gente nos reconoce y nos deja cantar en sus altares; siempre es una experiencia alegre”, compartió con entusiasmo.

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La celebración también incluyó una misa en la iglesia Medalla Milagrosa, presidida por el padre Víctor Ramos, quien destacó las virtudes de María y su disposición a aceptar la voluntad de Dios. “María es un ejemplo de perseverancia, confianza y amor. En esta festividad, somos invitados a acercarnos a ella, pedir su protección y seguir su ejemplo de fe”, resaltó el sacerdote en su mensaje a los fieles.

Un legado que trasciende generaciones

La Gritería en Camoapa es mucho más que una festividad religiosa; es una tradición profundamente arraigada que une a la comunidad, fortaleciendo la fe y el sentido de pertenencia entre sus habitantes. A pesar de los desafíos, los camoapeños demostraron una vez más que su devoción por la Virgen María sigue viva, adaptándose a las circunstancias sin perder la esencia de la celebración.