El Salvador reactiva la minería de oro, ligada a posibles stablecoins, tras su prohibición en 2017

El Gobierno de El Salvador ha anunciado su decisión de reactivar la minería metálica, específicamente para la extracción de oro, después de más de seis años de prohibición. Esta medida ha suscitado un amplio debate, ya que podría estar relacionada con la emisión de stablecoins, activos digitales respaldados por reservas como el oro, según plantean expertos.

Analistas sugieren que la reapertura de la minería metálica en el país no es una causalidad directa para la creación de stablecoins, pero podría representar una oportunidad para empresas del sector de activos digitales, como Tether. Las stablecoins, que suelen tener como referencia monedas de baja volatilidad como el dólar o activos sólidos como el oro, podrían beneficiarse de un marco que permita la extracción local de metales preciosos.

El contexto internacional: críticas y comparaciones

En un discurso reciente, el presidente salvadoreño defendió la decisión frente a las críticas internacionales, particularmente desde Europa. Señaló que países con estrictas políticas ambientales, como Canadá, poseen industrias mineras robustas, al igual que Guatemala, Honduras y Estados Unidos, donde esta actividad no está prohibida.

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Sin embargo, reconoció las limitaciones geográficas de El Salvador, un país pequeño donde las comunidades podrían verse más afectadas por la proximidad a las operaciones mineras. A pesar de ello, aseguró que el impacto sería manejable dentro del modelo propuesto.

La prohibición de 2017: Un precedente histórico de la minería

La minería metálica fue prohibida en El Salvador en marzo de 2017, marcando un precedente a nivel mundial. Esta legislación fue el resultado de años de lucha liderada por comunidades locales. También organizaciones ambientalistas y la Iglesia Católica, quienes buscaban proteger los recursos naturales y la salud pública.

El conflicto más representativo de este período fue el enfrentamiento con la minera Pacific Rim, adquirida posteriormente por OceanaGold. La empresa demandó al país por negar permisos de explotación, pero El Salvador ganó el arbitraje internacional en 2016, fortaleciendo los argumentos en favor de la prohibición.

La ley de 2017 buscó preservar los limitados recursos hídricos y evitar los daños ambientales asociados a la minería, como la contaminación de ríos y la degradación de suelos. Sin embargo, también generó críticas por limitar potenciales ingresos económicos. A pesar de ello, una mayoría de salvadoreños priorizó la sostenibilidad y el bienestar colectivo frente a las oportunidades económicas inmediatas.

Futuro de la minería en El Salvador

La reactivación de la minería metálica plantea interrogantes sobre cómo se gestionarán los riesgos ambientales y sociales en un contexto de creciente interés por los activos digitales. Esta estrategia podría abrir nuevas oportunidades económicas. También pone a prueba el equilibrio entre desarrollo industrial y la protección del medio ambiente en uno de los países más densamente poblados de la región.

La medida será observada de cerca tanto por actores nacionales como internacionales, en un escenario donde la innovación tecnológica y la sostenibilidad son prioridades en conflicto.