
Este año, miles de jóvenes bachilleres en todo el país concluirán su educación secundaria, con la esperanza de continuar sus estudios universitarios, a pesar de las dificultades económicas. Sin embargo, un porcentaje significativo de estos bachilleres aún no tiene claro qué camino seguir después de esta etapa.
Ante esta incertidumbre, expertos en educación sugieren que es fundamental impulsar procesos de orientación vocacional. Deben estar complementados por un buen soporte emocional en el entorno familiar, para asegurar que los jóvenes puedan tomar decisiones acertadas y evitar el estancamiento académico y personal.
José Santos Hernández, director del Colegio San Francisco de Asís, destacó la importancia que los estudiantes de cuarto y quinto año reciban orientación vocacional. En su institución, se procura hablar con los jóvenes sobre sus futuras opciones académicas, aunque Hernández reconoce que no se dedica el tiempo suficiente a este tema, lo que limita la reflexión profunda de los estudiantes.
“Con los maestros guías intentamos generar un espacio para que los estudiantes reflexionen sobre lo que quieren hacer en el futuro, de acuerdo con sus aptitudes y habilidades. También trabajamos con los padres para que colaboren en este proceso, porque es fundamental orientar a los jóvenes para evitar decisiones equivocadas que afecten su futuro”, expresó el director.
Nuevas iniciativas para fortalecer la orientación vocacional
Hernández añadió que, para el próximo año, en colaboración con la pastoral educativa de la Diócesis de Granada, se planea abrir un espacio específico para la orientación vocacional, con el objetivo de ayudar a los estudiantes a identificar sus aspiraciones y tomar decisiones más informadas sobre su futuro académico.
“Es importante porque muchas veces los jóvenes se sienten bloqueados o se detienen por diversas circunstancias. En algunos casos, los padres influyen demasiado en las decisiones de sus hijos, lo cual puede generar conflictos. Con una orientación adecuada, se pueden mejorar las perspectivas de los estudiantes”, subrayó el académico.
Formación académica y enfoque integral
Virgenza Sotelo, maestra jubilada con casi 40 años de experiencia en el ámbito educativo, agregó que la orientación vocacional debe ir acompañada de una sólida formación académica y un enfoque integral que incluya la lectura, el pensamiento crítico y la retroalimentación continua. Según Sotelo, si los jóvenes reciben una educación de calidad, tendrán la oportunidad de desarrollar un carácter fuerte que les permita tomar decisiones claras sobre su futuro.
“Una buena educación no solo forma en conocimientos, sino también en valores y carácter. Los jóvenes deben tener la capacidad de definir lo que quieren para su vida, y eso solo es posible si reciben las herramientas adecuadas desde temprano”, indicó Sotelo.
La educadora también señaló que los padres tienen un rol fundamental en las decisiones vocacionales de sus hijos, pero advirtió que no debe ser un proceso impositivo. “A veces los adultos cometemos el error de imponer nuestras propias aspiraciones a los hijos. Por ejemplo, si soy médico, le digo a mi hijo que tiene que ser médico también, pero eso no es correcto. La orientación debe ser un proceso de conversación, donde se expongan las opciones y se les brinde el apoyo necesario para que ellos tomen sus decisiones con libertad y confianza”, agregó la docente retirada.
Desafíos económicos y la importancia de la orientación en bachilleres
Este año, se estima que más de 63,000 bachilleres se graduarán en los centros educativos públicos, según cifras oficiales. Esta cifra no incluye a los estudiantes de colegios privados, por lo que el número real podría ser mayor. A pesar de este gran número de jóvenes, los desafíos económicos continúan siendo una barrera para muchos, que enfrentan dificultades para acceder a la educación superior.
En este contexto, la orientación vocacional se convierte en una herramienta clave para ayudar a los estudiantes a tomar decisiones informadas y a identificar las mejores opciones disponibles, incluso si deben enfrentar limitaciones económicas. La orientación adecuada, tanto en el ámbito educativo como familiar, puede marcar la diferencia entre la continuación de los estudios o el abandono temprano del sistema educativo.