En Nicaragua, los semovientes deambulando en carreteras y caminos rurales son responsables accidentes de tránsito, lo que representa un riesgo significativo para la seguridad vial. La falta de cercas adecuadas y la baja visibilidad en áreas rurales contribuyen a este problema

Los accidentes de tránsito son un problema recurrente en Nicaragua, pero a pesar de su frecuencia, no existe información precisa sobre cuántos de estos incidentes son causados por semovientes en las carreteras al año. Esta situación ha llevado a muchas personas que han sufrido accidentes a exigir una mayor responsabilidad por parte de los propietarios de semovientes, buscando así evitar que estos animales deambulen libremente por las calles.

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Aunque no hay estadísticas claras sobre el número de accidentes relacionados con animales, los reportes indican que, cuando se logra identificar al dueño del semoviente, este a menudo no asume la responsabilidad por los daños ocasionados. Esta falta de rendición de cuentas agrava la problemática y deja a las víctimas sin el apoyo necesario para enfrentar las consecuencias de estos incidentes.

Testimonio de una víctima

Martín Sequeira, un destacado deportista local, comparte su experiencia tras sufrir un accidente de tránsito con un semoviente. “Un diecinueve de enero venía de mi trabajo en Boaco, alrededor de las seis de la tarde, ya estaba oscuro. Pasé por el puente de Las Lajas y, más adelante, en una subida, me encontré con una vaca. Me salió de pronto y, a pesar de ir despacio, no pude esquivarla”, relata Sequeira.

Sequeira explica que, tras el accidente, no se pudo identificar al dueño del animal, a pesar de que su familia y las autoridades realizaron varias averiguaciones. “Cuando me accidenté, la policía llegó al lugar mientras me trasladaban al hospital. Me pidieron mis datos y, ya en el hospital, regresaron para hacerme la prueba de alcohol. Me llevaron a Boaco porque tenía dos fracturas y necesitaba cirugía”, añade.

El deportista señala que en Camoapa, el tema de los animales en las vías es un problema persistente. “Solicito mayor responsabilidad a los propietarios de semovientes, porque las consecuencias van más allá de los daños económicos o las heridas; pueden incluir secuelas a largo plazo o incluso la muerte. Yo tuve suerte porque no fue más grave, pero llevo nueve meses lidiando con este problema y aún tengo dificultades para caminar”, concluye Sequeira.

Medidas municipales sobre circulación de semovientes en la ciudad

En mayo de este año, el concejo municipal de Camoapa solicitó a la administración local que se aplicara una ordenanza que prohíbe la circulación de semovientes en la ciudad. El vicealcalde, Evert Daniel Rivera, se comprometió a tomar medidas para abordar esta situación, incluyendo la creación de un espacio adecuado para resguardar a los animales encontrados en la vía.

Meses después de este compromiso, la administración municipal anunció que se había habilitado dicho espacio; sin embargo, hasta la fecha, no se ha informado cuántos semovientes han sido retenidos bajo la aplicación de esta ordenanza.

Normativa vigente

De acuerdo con la Ley 421, que regula la circulación nacional, el artículo 22 establece varias normas viales, incluidas señales lumínicas que alertan a los conductores sobre la presencia de animales en la carretera. La implementación efectiva de estas normas es crucial para prevenir futuros accidentes y garantizar la seguridad vial.