Este próximo veintinueve de junio se conmemora el día nacional del maestro y la maestra nicaragüense, y en términos salariales hay un estancamiento de años, afirman algunos profesionales de la educación. El salario de un maestro nicaragüense es el más bajo en comparación al del resto de Centroamérica.

Según estimaciones, con el salario mínimo de nueve mil córdobas mensuales, los educadores únicamente pueden cubrir el cuarenta por ciento de la canasta básica.

El profesor Juan Francisco Salazar, docente activo y también sindicalista por años, afirma que en términos reales no hay avances en cuestión salarial para el maestro, porque lo que recibe anualmente en un incremento para mantenimiento de la moneda y no algo sustancial. Está lejos de resolver los problemas y la realidad económica que viven. “Yo creo que el docente merece mejores condiciones salariales. Tenemos años que no hay un aumento significativo, los maestros tienen que dedicarse a otras actividades económicas o tener un doble trabajo para poder sobrevivir. Es una situación difícil porque cada día los alimentos aumentan de precio”, detalló el académico.

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El profesor Salazar indicó que esos salarios afectan la jubilación del docente, porque según la última reforma de la seguridad social, el educador se retira con el cincuenta por ciento de su salario. “El maestro que se jubile en la actualidad solo recibirá cinco mil córdobas, o sea, solo el veinticinco por ciento de la canasta básica. Tiene que apoyarse de familiares para poder sobrevivir”, detalló el profesor.

El maestro nicaragüense se apoya de otras actividades económicas

Otro de los docentes de Camoapa, quien prefirió hablar bajo anonimato, agregó que muchos de los maestros y maestras tienen que dedicarse a otra actividad económica o se apoyan con alguna remesa familiar. “En mi caso, yo vendo artículos de belleza y perfumería para apoyarme. La vida está bien cara. Cada vez que vamos al mercado las cosas están más caras y los salarios no están buenos”, aseveró.

La efeméride se recuerda en memoria del maestro Emmanuel Mongalo y Rubio, quien tuvo un papel fundamental durante la primera batalla de Rivas, el 29 de junio de 1855, fecha por la cual se escogió esta festividad.

En la primera batalla de Rivas contra las tropas de William Walker, el maestro Mongalo y Rubio se ofreció como voluntario y corrió con una antorcha encendida hacia la casa de Máximo Espinoza, donde estaban resguardados los filibusteros, causando un incendio que provocó la derrota del enemigo. Luego de estos acontecimientos, dio clases en Granada, donde falleció el 01 de febrero de 1872.

El decreto legislativo, que declara día nacional del maestro y la maestra nicaragüense el veintinueve de junio, fue aprobado el tres de abril de 1978.