
Antes había montaña, pero ahora no, es la realidad que se vive en el municipio de Camoapa
Las generaciones actuales todavía pueden escuchar a sus abuelos hablar sobre el paisaje de antaño, con historias de montañas espesas y llenas de animales silvestres, ríos grandes y ojos de agua en cualquier lugar. Esta escena pintoresca ha cambiado en la región central del país y las personas están conscientes, pero falta un cambio de actitud que detenga el deterioro ambiental.
En Camoapa hay historias singulares, pues la gente suele decir que va para la montaña cuando se dirigen hacia las comarcas o las fincas, pero solo es una referencia de lo que alguna vez fueron los grandes bosques en la región. Las personas expertas consideran que las malas prácticas ambientales han acelerado la destrucción de buena parte de los recursos naturales en la localidad.
La ingeniera agrónoma y experta en temas ambientales, Lucia Sequeira considera que hay avances significativos en el tema de buenas prácticas agrícolas que procuran la protección de los bosques, pero no se debe negar que hay afectaciones serias por los años de deforestación, sufrida por la región. “Recordemos que venimos de hacer prácticas culturales no adecuadas para el ambiente; quemas, despales y eso produce lógicamente algunos elementos como los que estamos viviendo, desórdenes que hay a nivel ambiental mundial”, afirma Sequeira, quien además atribuye el problema a otras causales como la actividad ganadera que deteriora la calidad del suelo.

El encargado de la unidad ambiental de la Alcaldía de Camoapa, ingeniero Eduardo Urbina, asegura que la situación en general de los bosques en Nicaragua es preocupante, principalmente por el avance de los sistemas agrícolas como una de las causas de la deforestación. Según Urbina no hay respeto por las áreas protegidas y con preocupación dice que “Masigue también está siendo afectada la parte noreste está completamente deforestada, lugares con grandes pendientes, están completamente convertida en pastizales”, en referencia a uno de los cerros emblemáticos del municipio.
Responsabilidades pendientes
El ingeniero Urbina explica que la municipalidad tiene limitantes para frenar la deforestación, debido a la falta de facultades coercitivas que permitan el impulso de acciones contra los depredadores. El funcionario dice que esa posibilidad recae sobre otras instituciones públicas como el Instituto Nacional Forestal (Inafor) y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).
“La alcaldía no tiene la facultad de procesar a la persona que está haciendo esto y que tiene todo en el poder o en sus manos es Inafor, Marena”, refiere Urbina al hablar de la posibilidad de abrir causas contra las personas que deterioran la calidad del ambiente con sus actividades.
Sobre este tema, la ingeniera Lucía Sequeira afirma que el cuidado de los bosques también le compete al resto de actores en la comunidad, incluyendo a los productores. Parte de esa responsabilidad también pasa por cuidar las fuentes de agua y evitar la contaminación del suelo con la basura, adoptando una mayor conciencia ambiental, refiere la ingeniera, quien agrega que “se ha perdido mucha madera preciosa que ya deberíamos estar sembrando, lo que pasa que son temas a largo plazo que nosotros creemos que no los podemos aprovechar y cuando nos damos cuenta, estamos encima de la jugada y aprovechamos”.
Las fuentes de agua son víctimas de las malas prácticas
La ingeniera también asegura que en la actualidad hay poca conciencia de la importancia de cuidar las fuentes de agua y afirma que la humanidad ha provocado la desaparición de ríos y manantiales. “El mismo deterioro ambiental ha venido calando en la disminución de la adquisición de las aguas superficiales y por ende el mismo desgaste y deterioro ambiental, va influir lógicamente en las aguas subterráneas”, lamenta la especialista.
Según Sequeira, las aguas sufren de forma sistemática por prácticas indebidas como el tirado de la basura en las quebradas. “Paulatinamente vamos viendo que van desapareciendo las fuentes de aguas superficiales y eso también ayuda a disminuir las posibilidades de siembra, de aguar los animales, las posibilidades del agua de consumo principalmente”
La calidad del agua es un tema de preocupación en las comunidades, especialmente donde hay pozos que abastecen el consumo humano. El ingeniero Eduardo Urbina, como funcionario municipal, coordina el funcionamiento comunitario de los llamados Comités de Agua Potable, previendo el uso de cloro en aquellos pozos que así lo requieran. «Estos son perforados, en su mayoría tienen calidad, pero a algunos se les da el tratamiento con cloro cuando hay alguna fuente que está contaminando”, explica Urbina.
Urbina cuenta que el acceso al agua potable en las comunidades rurales de Camoapa sólo está disponible para el 60 por ciento de la población, debido a las distancias entre una vivienda y otra y entre estas con relación al pozo. En el mapa nacional de turismo, un sitio oficial del gobierno se establece que la población rural de Camoapa es de 22,549 personas y el 40 por ciento referido por el ingeniero Urbina sería de poco más de 9 mil personas sin acceso a una fuente de agua.