El basurero municipal de Camoapa continúa operando sin tratamiento técnico, provocando serios daños ambientales y a la salud de la población

La basura generada en Camoapa no recibe ningún tratamiento técnico al llegar a su destino final, un vertedero ubicado a la entrada de la ciudad. Lejos de ser un relleno sanitario, el sitio opera como un botadero a cielo abierto.

Según el encargado de servicios municipales, Santos Emiliano Rayo Hernández, el manejo actual se limita a remover los desechos con un tractor para liberar espacio. “La basura solo se acomoda, pero no se le da tratamiento”, señala. La escena de humo ocasional y personas buscando materiales reutilizables se repite a diario sin control.

Esta práctica no solo es ineficiente, sino que representa un riesgo ambiental y sanitario para quienes habitan cerca del basurero o transitan por la zona.

La solución empieza en el hogar

El ingeniero Álvaro Martínez, especialista en impacto ambiental, asegura que el primer paso hacia una gestión adecuada de residuos sólidos comienza en casa. “Se necesita educar a la población para que desde el hogar se clasifiquen los desechos: orgánicos, metales, plásticos y otros”, destaca.

Martínez también propone establecer depósitos intermedios para mantener la separación hasta su disposición final, lo cual reduciría significativamente el volumen de desechos que llega al basurero y permitiría su reutilización o reciclaje.

Además de los beneficios ambientales, el especialista señala que una correcta clasificación puede generar ingresos económicos si se canaliza adecuadamente. Actualmente, la única clasificación proviene de quienes recolectan materiales de forma informal, poniendo en riesgo su salud.

La basura mal manejada contamina y enferma

El impacto de la basura no se limita al paisaje: también afecta la salud. “Los olores y gases que emite la basura, especialmente al quemarse, pueden causar enfermedades respiratorias”, advierte Martínez. Además, los lixiviados y desechos no tratados pueden contaminar fuentes de agua cercanas, como el riachuelo que bordea el vertedero de Camoapa.

El mal aspecto del lugar también afecta la imagen del municipio. Martínez compara: “No es lo mismo entrar a un pueblo rodeado de árboles que a uno donde lo primero que ves es un basurero”. Esa es precisamente la escena que da la bienvenida a quienes llegan a Camoapa desde la carretera principal.

El relleno sanitario sigue sin funcionar

Pese a haber sido inaugurado hace varios años, el relleno sanitario de Camoapa continúa sin operar. La alcaldesa Greetcheng Martínez admite que el sitio no fue entregado en condiciones funcionales por la administración anterior.

El primer gran problema fue que los camiones recolectores no pueden subir por las pendientes y las rocas expuestas del camino”, señala. Aunque existe voluntad política para ponerlo en marcha, la falta de recursos limita cualquier avance.

Se estima que la ciudad genera unas 738 toneladas métricas de basura al año. Sin un sitio adecuado, todo sigue llegando al viejo vertedero, acumulándose sin tratamiento y afectando a la población.

Control de la basura requiere atención urgente y voluntad política

La alcaldesa Martínez considera habilitar el nuevo vertedero como una prioridad pendiente de su gestión. Si las recaudaciones municipales lo permiten, se podría reformar el Plan de Inversión Anual para destinar fondos a este fin, tal como lo permite la ley.

Por su parte, el ingeniero Álvaro Martínez advierte: “Si no se actúa pronto, los efectos podrían ser irreversibles. Una bolsa de plástico, por ejemplo, puede tardar 150 años en degradarse”. Implementar un relleno sanitario permitiría mitigar la contaminación, mejorar la imagen de la ciudad y proteger la salud de las personas.