Por: Marvin Miranda, Juigalpa

Después de 18 años de participar en desfiles hípicos, carnavales, actividades colegiales, festivales de gigantonas, ferias y eventos culturales, no sólo de Chontales, sino a nivel nacional, el famoso toro llamado El Chiclán, murió luego de agonizar casi 10 días, mientras el luto y el dolor atrapó a su mentor, el profesor Luis Aráuz Castilla.

“Sólo le pido a la población de Chontales que guarden los recuerdos de mi toro el Chiclán, porque es lo único que quedará y lloro por el profundo dolor que me deja su partida”, fueron las palabras del propietario del ícono de la cultura chontaleña.


Inicialmente el profesor Aráuz Castilla había decidido repartir la carne de su toro entre la población, pero cambió de idea y lo sepultó con ayuda de algunas personas de la ciudad.

Unos pagaron una banda filarmónica que animó el funeral, una empresaria donó el terreno y la municipalidad facilitó una retroexcavadora que trasladó hasta su última morada al emblemático Chiclán.

Al darle el último adiós al Chiclán, el profesor Luis afirmó, que al conocer la trágica noticia fue atendido por un médico que le administró un tratamiento que le ayudó a retener sus lágrimas, porque ya llevaba varios días que no lograba conciliar el sueño y detener el llanto.

El Pinto, el Cieguito y el Chiclán, son los toros que se le han muerto al profesor Luis Manuel Aráuz, quien prometió este martes 8 de febrero que ya no domesticará otro semoviente para que sustituya al recién fallecido. “Ya no quiero más dolor y quiero vivir los últimos días de mi vida más tranquilo”.


El Chiclán como un ícono de la cultura de Juigalpa.

Mientras, el historiador y escritor, ingeniero Marlon Vargas Amador, calificó a El Chiclán como un ícono de la cultura de Juigalpa y su propietario goza de una larga trayectoria desde que sacó el torito pinto a recorrer las calles de Juigalpa en actividades festivas.

Hablar del profesor (Luis) y del Chiclán, es hablar de dos personajes representativos de nuestra cultura y los hemos visto encabezando actividades de promoción cultural y siempre han estado de forma persistente. Lo más importante que debemos reconocer en el trabajo de don (Luis), es que de manera voluntaria ha participado en las actividades que se organizan en Juigalpa”, destacó el ingeniero Vargas Amador

Se muestra sorprendido el ingeniero Marlon Vargas Amador, de la alta escuela y el arte con la que el profesor (Arauz Castilla) ha puesto en la crianza y adiestramiento de sus (toros), “porque con la mansedumbre con la que se desplazan estos animales es increíble y me atrevo a decir que es un caso único en la cultura nicaragüense”, sostiene.


Con la partida del Chiclán, los habitantes de Juigalpa que asisten a los desfiles hípicos y actividades culturales, ya no se tomarán fotografías y deben adaptarse a su ausencia, aunque durará un poco porque fueron 18 años de constante participación a estas actividades.