
La mayoría de jóvenes deciden abandonar sus hogares debido a las pocas oportunidades laborales en el área rural, donde proyectan bajos rendimientos en la producción.
La migración de jóvenes y adultos de diferentes comunidades de Chontales está dejando al sector rural sin mano de obra calificada, siendo los más afectados pequeños y medianos agricultores, quienes ahora no saben de dónde contratar a colaboradores en sus unidades productivas.
Escasa mano de obra
El ingeniero Pavel Molina Cruz, expresidente de la Asociación de Ganaderos de Chontales (Asogacho) y productor, lamentó como el campo se está quedando sin trabajadores y la mayoría ha decidido abandonar sus hogares para buscar mejores condiciones de vida. “Unos viajan a Estados Unidos y otros tratan de trasladarse a Costa Rica o España”.
“Se han ido grupos de 10 y 20 de jóvenes que antes colaboraban con sus padres en las tareas agropecuarias de las fincas y la salida de ellos (los jóvenes) está ocasionando una escasez (terrible) de mano de obra y este nuevo problema nos viene a agobiar más a los productores”, afirmó Molina Cruz.
Es un nuevo problema
Para este productor, la escasez de mano de obra significa que la poca existente en las comunidades rurales se va a encarecer y la mayoría de los finqueros no la van a poder pagar. “El problema de la mano de obra es serio y más, cuando el galón de leche viene bajando y la libra de queso que fue un (bum) ya recupera su precio tradicional”, aseguró el expresidente de Asogacho.
A parte de la limitada mano de obra, Molina Cruz mencionó, que el sector agropecuario también se enfrenta a los altos precios de los combustibles, tributos elevados y los insumos que necesitan para producir son inalcanzables en las farmacias veterinarias. “No sé hasta dónde iremos a llegar porque aquí en Nicaragua no hay ningún estímulo para producir”.

El expresidente de Asogacho considera que la única alternativa que tienen los productores para enfrentar la escasez de mano de obra, “es trabajar con la gente que tenés y sacar adelante lo que podés producir”.
Este ingeniero vaticina que debido a la migración las áreas de siembra van a bajar y eso repercutirá en la poca existencia de granos básicos en el mercado local, departamental y nacional, ya que muchos agricultores que antes recibían la ayuda de sus hijos, en el próximo ciclo productivo no la tendrán.
Hay bajos salarios en las fincas
Jaqueline Salazar, es la secretaria de organización de la Asociación de Trabajadores del Campo (ATC) en Chontales y está clara de la situación que se vive en las comunidades rurales de este departamento, donde las oportunidades laborales son limitadas y los salarios no se ajustan a la realidad del país.
“Ahora en las (fincas) hay poco empleo y los salarios son (mínimos). A veces el empleador no cumple con la ley laboral que establece el salario mínimo y la gran mayoría de ganaderos ofrecen un salario por día entre 100 y 150 córdobas sin comida”, expuso la joven Salazar.
No todos gozan de seguridad social
Afirma, que no todos los trabajadores del campo gozan de la seguridad social porque los empleadores muchas veces esconden a sus colaboradores y eso impulsa a los jóvenes rurales a emigrar en busca de mejores condiciones salariales. “Unos se trasladan a la ciudad y otros deciden irse a Costa Rica, Estados Unidos y España”.

Salazar confiesa que muchas veces jóvenes de ambos sexos se le han acercado para informarles que va a migrar, con el objetivo de sacar adelante a la familia y mi respuesta es que “no lo hagan y que se dediquen a sembrar la tierra, pero la gran mayoría deciden aventurarse”, agrega la dirigente.
Aunque en Chontales no existe una estadística de cuántas personas han abandonado el departamento, organismos de derechos humanos consideran que hay un aproximado de un poco más de 100 mil nicaragüenses que han salido del país por diferentes razones.