Más de cien niñas y niños recibieron el sacramento en una celebración marcada por la fe y la tradición en Boaco Viejo
En la comunidad de Boaco Viejo, ayer lunes ocho de diciembre, como tradicionalmente se programa, más de cien niñas y niños recibieron su primera comunión en la parroquia Sagrado Corazón de Jesús.
Durante esta celebración especial para las familias, también se conmemoró la fiesta de la Inmaculada Concepción de María, una tradición profundamente arraigada en la fe católica nicaragüense.
El padre Gerald Jarquín, encargado de la parroquia Sagrado Corazón de Jesús de Boaco Viejo, destacó durante la eucaristía que la festividad de la Inmaculada es un momento ideal para recibir por primera vez el cuerpo y la sangre de Cristo. Un acontecimiento que permanece en la memoria de quienes lo viven.
Mensaje del presbítero sobre el compromiso espiritual
“Hoy ustedes, niñas y niños, asumen un compromiso de que cada vez que coman el cuerpo de Cristo lo hagan libres de culpa; por eso es importante la confesión constante”, expresó el sacerdote.
El presbítero también recordó a madres y padres la importancia de acompañar espiritualmente a sus hijas e hijos, brindándoles guía y apoyo ante las distracciones y dificultades que puedan surgir en su crecimiento.
Jarquín añadió que esta fecha conmemora el dogma de la Inmaculada Concepción, recordando que María fue concebida sin pecado original, según la proclamación del papa Pío IX en 1854.
Significado de la celebración mariana
El sacerdote explicó que este dogma es un precepto fundamental para las y los cristianos, invitando a las familias a fortalecer su fe a través de la devoción mariana.
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Señaló que esta festividad también representa una oportunidad para pedir la protección y el amparo de la madre de Dios, asegurando que sus plegarias son escuchadas especialmente en momentos de dificultad.
“El amor de María es refugio para quienes atraviesan angustias; podemos pedir su intercesión con confianza”, afirmó Jarquín durante la homilía.
Formación espiritual de niñas y niños en Boaco Viejo
Por su parte, la encargada de la catequesis destacó que todas las niñas y todos los niños cumplieron con el proceso de formación espiritual establecido por la Iglesia para recibir la comunión.
Indicó que este año la cantidad de participantes fue mayor en comparación con los últimos cuatro años, lo que representa un signo de crecimiento comunitario y de compromiso familiar con la fe.
“Nos sentimos muy contentos porque estos niños concluyeron su preparación en la fe, pero el camino continúa. Ahora sigue la formación para la confirmación y luego la orientación hacia algún ministerio dentro de la Iglesia”, expresó la catequista.
Compromiso comunitario para continuar el proceso
La feligrés resaltó que las y los catequistas tienen la responsabilidad de dar continuidad a este acompañamiento espiritual.
Aseguró que el trabajo se realiza con amor, dedicación y sentido comunitario, buscando fortalecer los valores que guían la vida cristiana en Boaco Viejo.
Con esta celebración, la comunidad reafirmó su devoción mariana y el valor de la formación religiosa en la niñez, uniendo tradición, fe y compromiso social.

