Ciclo agrícola de Nicaragua parece prometedor, con resultados alentadores, pero persisten males que terminan encareciendo los alimentos al llegar a los mercados

En las fértiles tierras del norte de Nicaragua, específicamente en comunidades como Miraflor en Estelí, la temporada agrícola ha traído consigo buenas nuevas para los productores de frijol y maíz.

Este año, a pesar de enfrentarse a desafíos climáticos y estructurales, los agricultores han logrado cosechas de calidad que prometen incrementar la producción agrícola del país en comparación con años anteriores.

El período seco conocido como “Canícula” ha sido crucial para los agricultores de frijol de primera en Nicaragua. Según Jacinto Lazo, un experimentado productor de Miraflor, la siembra ha sido exitosa, con rendimientos destacados a pesar de las condiciones climáticas variables.

Aunque las zonas planas enfrentaron algunos desafíos debido a las lluvias intensas, en general, la cosecha ha sido favorable”, explicó Lazo, mientras se prepara para la cosecha de postrera, anticipándose a los meses lluviosos de septiembre y octubre.

Intermediarios “frustran” rendimiento

Durante el ciclo de primera, se estima que se sembraron aproximadamente 119, 942 manzanas de frijol rojo, cuidadosamente cultivadas por unos 75,000 pequeños productores a lo largo del país.

Las proyecciones del Banco Central de Nicaragua apuntaban a un aumento del 10% en la producción agrícola de 2024 en comparación con el año anterior, cuando se produjeron 3.9 millones de quintales de frijol, de los cuales se exportan la mayoría. Este crecimiento no solo beneficia la economía nacional, sino que también refleja el esfuerzo y dedicación de los agricultores locales.

A pesar de los buenos resultados en la producción, el panorama económico para los productores de frijol no es completamente favorable. Los precios pagados por algunos intermediarios continúan siendo una preocupación, fluctuando entre 1, 800 y 2, 300 córdobas por quintal.

Lo anterior, aunque cubre los costos de producción, deja a los agricultores esperando mejoras en los márgenes de ganancia, especialmente cuando los consumidores pagan más de 30 córdobas por libra en mercados como el “Alfredo Lazo” de Estelí.

Pero en términos generales, algunos productores reconocen que los que se han llevado la peor parte, son los consumidores, pues solo en el recuerdo les quedan aquellos tiempos cuando el precio del frijol era de ocho córdobas la libra.

Maíz, y frijol; desafíos y expectativas

Por otro lado, el maíz ha sido otro cultivo destacado durante esta temporada agrícola. Con un aproximado de 280,546 manzanas sembradas, principalmente por 175,000 pequeños productores. Con este rubro, las expectativas de crecimiento en la producción son también optimistas.

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El año pasado, el ciclo fue afectado por la falta de lluvias, y este año se espera un aumento del 3% en la producción total de maíz en Nicaragua, alcanzando una cifra promedio que supere los 5 millones de quintales.

El presidente del Banco Central, Ovidio Reyes, citado por un medio oficialista subrayó la importancia de estas cifras para la economía agrícola del país, destacando el papel crucial que juegan los pequeños productores en mantener la estabilidad y crecimiento del sector. Sin embargo, los desafíos persisten, especialmente en términos de infraestructura vial y accesibilidad, lo cual afecta directamente los costos de transporte y, por ende, los márgenes de ganancia de los agricultores.

Desafíos en infraestructura y comercialización

Uno de los mayores obstáculos que enfrentan los agricultores en zonas productivas como Miraflor es el estado deteriorado de los caminos locales. Según Leonel, un agricultor local, la falta de mantenimiento prolongado de estos caminos no solo representa un riesgo para la seguridad, sino que también incrementa los costos de transporte.

Esto, a su vez, limita la capacidad de los agricultores para negociar precios más competitivos con los intermediarios, quienes argumentan que los costos logísticos, justifican los precios bajos para el productor y altos para el consumidor. Además de la infraestructura, la dinámica de comercialización también juega un papel crucial en la economía agrícola local.

Productores están esperanzados en buen resultado de postrera
Productores están esperanzados en buen resultado de postrera

María Herminia Morales, una productora de papa en Miraflor, ilustró cómo los intermediarios a menudo dictan los precios de compra, dejando a los productores con márgenes estrechos. Aunque algunos agricultores han logrado asegurar contratos favorables con grandes cadenas minoristas como Walmart y La Colonia, muchos más dependen de la negociación directa en mercados locales, donde las fluctuaciones en los precios pueden ser drásticas.

Impacto de la política agrícola

Otro aspecto que afecta el panorama agrícola nicaragüense es la eliminación de asociaciones y gremios agrícolas como Faganic y la Unión Nacional de Agricultores, Unag. Estas organizaciones solían proporcionar un espacio vital para que los agricultores abordaran sus preocupaciones y necesidades ante las autoridades locales y organismos internacionales.

Con las anulaciones ejecutadas por el Gobierno de Nicaragua, los agricultores se enfrentan a mayores desafíos para organizar y defender sus intereses colectivos, limitando su capacidad de influencia en las políticas agrícolas y de desarrollo rural.