El periodo canicular, que va del 15 de julio al 15 de agosto, se caracteriza por presentar menos cantidad de precipitaciones que durante el resto de la estación lluviosa. Normalmente, la canícula garantiza un periodo lluvioso de baja intensidad, pero los expertos calculan que en esta ocasión podría ser lo contrario, es decir, que será un tiempo más lluvioso
El periodo de canícula es una fase climatológica que afecta a Nicaragua y otros países de Centroamérica, caracterizada por una disminución temporal de las lluvias en medio de la temporada lluviosa. Este fenómeno, que generalmente ocurre entre julio y agosto, tiene implicaciones significativas para la agricultura, la economía y el bienestar de las comunidades rurales del país.
La canícula suele durar entre 10 y 20 días, aunque puede variar dependiendo de factores meteorológicos específicos de cada año. Durante este tiempo, las temperaturas tienden a aumentar considerablemente la sensación de calor, así como el riesgo de sequías temporales. Estas condiciones pueden afectar negativamente a los cultivos que dependen de un suministro constante de agua, como el maíz y los frijoles, esenciales para la dieta nicaragüense.
En Nicaragua, la canícula representa un desafío particular para los agricultores, quienes deben adaptarse a las variaciones climáticas para proteger sus cosechas. La falta de lluvias puede provocar estrés hídrico en las plantas, reduciendo su rendimiento y, en casos extremos, causando pérdidas totales de cosechas. Esto no solo afecta la seguridad alimentaria, sino también la economía rural, que depende en gran medida de la agricultura de subsistencia y la venta de productos agrícolas.
2024 podría tener un comportamiento entre débil y moderado
“El período canicular que normalmente se presenta entre el 15 de julio y el 15 de agosto en la Región del Pacífico y los sectores centrales y occidentales de las Regiones Norte y Central, podría tener un comportamiento entre débil y moderado”, según el Instituto de Estudios Territoriales (Ineter), “con acumulados de lluvia, cercanos a lo normal y con mayor cantidad de días lluviosos. Dicho comportamiento estará en dependencia de la evolución que muestre la atmosfera y las condiciones neutras del evento El Niño”, indicó la institución en una publicación sobre Perspectivas agrometeorológicas para la siembra de primera 2024.
El gobierno de Nicaragua, junto con organizaciones no gubernamentales y agencias internacionales, ha implementado diversas estrategias para mitigar los efectos de la canícula. Entre estas estrategias se incluyen la promoción de prácticas agrícolas resilientes, como el uso de cultivos resistentes a la sequía, la implementación de sistemas de riego eficientes y la capacitación de agricultores en técnicas de manejo del agua. Además, se realizan esfuerzos para mejorar la predicción y monitoreo del clima, proporcionando a los agricultores información oportuna para tomar decisiones informadas.
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A pesar de los esfuerzos para mitigar sus efectos, la canícula sigue siendo una amenaza recurrente que requiere atención continua. El cambio climático global está alterando los patrones climáticos tradicionales, haciendo que fenómenos como la canícula sean más impredecibles y, en algunos casos, más intensos. Por ello, es crucial seguir invirtiendo en investigación y desarrollo de tecnologías y prácticas agrícolas que puedan ayudar a las comunidades a adaptarse a estos cambios.