Pedro Isaías Cundano, es el poeta adolescente de Chontales, que dejó su recreación y decidió vender refrescos con el único objetivo, reunir el dinero para cumplir uno de sus anhelos, que es publicar su primera obra literaria que ya está lista, pero como no cuenta con los recursos necesarios está en el círculo de espera.

El adolescente confiesa, que a sus nueve años, cuando cursaba el tercer grado de primaria, comenzó a escribir versos en lírica plagados de romanticismo. Al culminar su primaria, inició a redactar sus primeros poemas, por lo que considera que en este tiempo ha venido evolucionando.

Pedrito, como le llaman en Juigalpa sostiene, que en su trayectoria ha logrado escribir más de 100 poemas. Algunos ya fueron publicados en ciertas revistas y el resto espera el momento para su divulgación. “Mi meta como poeta es publicarlos y en eso estoy trabajando, buscando también el respaldo de una mano amiga”, manifestó Pedro Isaías.

Cundano tiene 14 años y ya fue reconocido por el Movimiento de Poesía, arte e historia “Gregorio Aguilar Barea”. Ahora, con los pensamientos abiertos y seguro de lo que aspira, afirma, que escribe para que conozcan su nombre y en eso busca la manera de enfocarse.

“Escribo para que conozcan mi nombre y no ser recordado como (Rubén Darío), porque a veces algunos de mis amigos cuando llego a algún lugar siempre dicen, ahí viene Rubén Darío niño. En realidad, yo quiero ser recordado como (Pedro Cundano)”, expresó el adolescente bardo.

El joven poeta tiene otros libros que sueña publicarlos

Este escritor tiene otros libros que sueña publicarlos también y en la actualidad, afina los últimos detalles. Una de esas obras es “Huellas Hacia la Chontaleñidad” y en este poemario, Cundano hace un recorrido por la cordillera de Amerrisque. Habla de los comerciantes de Juigalpa y del poeta Guillermo Rothschuh Tablada.

Vicenta Mendoza Centeno, es la mamá de Pedrito y ella resalta la dedicación de su hijo al estudio, que desde preescolar se destacó y ya en primaria ha brillado como excelencia académica. Asimismo, sus primeros pasos los dio en el coro que dirige Boanerges Ríos (hijo).

“Yo quiero que mis hijos hagan lo que (yo) no logré realizar. Por eso, le damos a (Pedrito) el apoyo necesario de acuerdo a nuestras condiciones económicas para que corone sus anhelos. Yo, por ejemplo, soñé con estudiar periodismo y cantar. Pero por algunas malas decisiones que uno toma en el camino, trunca sus sueños”, reconoce doña Vicenta.

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La mamá del poeta adolescente se dedica a la venta de chicharrones de cerdo, tamales y otros productos. Además, en su barrio Jorge Salazar, de Juigalpa, es la dirigente de la comunidad cristiana y su principal sueño, es que Pedro Isaías triunfe en el mundo literario.