El 30 de julio de 1888 se publicó Azul…, obra que cambió la historia de la literatura hispanoamericana e inauguró el movimiento modernista

Un día como hoy, 30 de julio de 1888, se publicó en Valparaíso, Chile, el libro Azul… del poeta nicaragüense Rubén Darío. Este texto es considerado por la crítica como el punto de partida del movimiento literario conocido como Modernismo, que revolucionó la forma de escribir poesía y prosa en lengua española. Según Wikipedia, esta fue su tercera obra publicada y la que lo consolidó como un innovador de las letras.

Rubén Darío nació en Metapa, Matagalpa, Nicaragua, el 18 de enero de 1867. Desde niño mostró un gran talento para la lectura y la escritura. A los tres años ya sabía leer y a los nueve era un lector apasionado. A los 13, era conocido como el “Poeta niño” por su gran capacidad para escribir poemas y epitafios.

En 1886, Darío viajó a Chile y en 1887 publicó sus primeras obras: Abrojos, Rimas y Canto épico a las glorias de Chile. Ya en 1888, se enfocó en un nuevo proyecto literario que inicialmente pensó titular El año lírico, pero que finalmente publicó como Azul…, una obra que mezclaba cuentos en prosa y poemas, algo poco común en esa época. Memoria Chilena señala que Darío apostó por una estética nueva, con fuerte influencia de la literatura francesa.

El título del libro, según recoge Poemas del Alma, representa el color del ensueño, el arte y lo espiritual. El azul simbolizaba para Darío un universo de belleza y modernidad, alejándose del tono costumbrista y político que dominaba la literatura hispanoamericana de entonces.

Azul… Una publicación que rompió esquemas

Azul… fue publicado con el apoyo del diplomático chileno Eduardo de la Barra y del periodista Eduardo Poirier, quienes valoraron el talento de Darío. La obra está dividida en cuatro secciones: “Cuentos en prosas”, “Álbum Porteño”, “Álbum Santiagués” y “Año lírico”. Según Memoria Chilena, en estos apartados se encuentran textos como El rey burgués, La Ninfa, Palomas blancas y garzas morenas. También, poemas como Primaveral, Estival, Invernal, entre otros.

Algunos cuentos ya habían sido publicados en periódicos chilenos entre 1886 y junio de 1888. Entre ellos destaca El pájaro azul, texto cargado de simbolismo que muestra la influencia del simbolismo francés. Wikipedia señala que la fusión entre prosa poética y musicalidad fue una característica revolucionaria de esta obra, que inspiró a numerosos autores.

A pesar de que Azul… tuvo un éxito modesto en sus primeros meses, llamó la atención del escritor español Juan Valera. En octubre de 1888, Valera escribió dos cartas críticas sobre la obra que fueron publicadas en el periódico madrileño El Imparcial. En ellas expresó: “Ningún libro hasta hoy ha despertado en mí tanta curiosidad como el de usted”. Esta opinión, citada en Wikipedia, fue clave para que la obra ganara prestigio internacional.

En 1890, Darío publicó en Guatemala una segunda edición de Azul…, donde incluyó las cartas de Valera como prólogo, tres cuentos nuevos, un poema suelto y dos secciones nuevas llamadas “Sonetos áureos” y “Medallones”. Esta edición consolidó el libro como referencia fundamental del Azul Modernismo, como lo detalla Memoria Chilena.

Azul: símbolo de un arte nuevo y duradero

Rubén Darío defendía que la prosa tenía el mismo valor artístico que el verso, por eso insistió en que su libro debía leerse con atención a su ritmo y musicalidad. Esta afirmación fue retomada por el poeta Iván Uriarte, quien expresó que Darío fue pionero en mostrar que la prosa podía tener belleza lírica, según comentó en Radio Nicaragua.

En su autobiografía Historia de mis libros, Darío escribió: “El azul es para mí el color del ensueño, del arte, helénico y oceánico”. Esta declaración, citada por Poemas del Alma, muestra la importancia simbólica del color azul para el poeta y para todo el movimiento que vendría después. El modernismo se convirtió así en una propuesta estética que apostaba por lo bello, lo exótico y lo musical.

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Azul… fue tan influyente que años después inspiró a poetas como Juan Ramón Jiménez, Antonio Machado y Valle-Inclán, quienes reconocieron la originalidad de Darío. El Modernismo se expandió desde Nicaragua a México, Cuba, Chile, Argentina y España, marcando un antes y un después en la literatura.

En 2005, la obra fue traducida al japonés por el escritor y diplomático Naohito Watanabe, según reporta La Prensa Literaria de Tokio, lo que demuestra su valor universal. Este dato confirma que Azul… sigue vigente en distintas lenguas y culturas, a más de un siglo de su primera publicación.

Azul… Un legado que vive en las letras del mundo

Rubén Darío falleció el 6 de febrero de 1916 en León, Nicaragua, y fue sepultado en la catedral de esa ciudad. Sin embargo, su legado vive en cada verso modernista, en cada escritor que se atreve a romper moldes y en cada lector que descubre el poder del arte. Es reconocido como el mayor exponente del Modernismo y uno de los poetas más influyentes del siglo XX.

Cada 30 de julio, el mundo literario recuerda Azul… como la semilla del Modernismo. Universidades, bibliotecas y medios culturales celebran este aniversario con lecturas públicas, ensayos y publicaciones digitales que valoran su impacto. Este año no fue la excepción, y medios como El País, La Nación y El Espectador compartieron notas sobre el aniversario de la obra.

Así, Azul… no es solo un libro, sino una forma de mirar el mundo a través del arte, la belleza y la renovación estética. En palabras de Darío: “Azul… simboliza el comienzo de mi primavera”.