
La Policía de Fronteras de Costa Rica detuvo a tres personas e impidió el ingreso de caballos destinados a embutidos
En un hecho alarmante, las autoridades costarricenses lograron impedir el ingreso de 13 caballos maltratados provenientes de Nicaragua. Los animales estaban en condiciones críticas: desnutridos, con úlceras, cojeando, infestados de garrapatas y gusaneras, y hasta con problemas respiratorios severos. Algunos incluso mostraban signos de ceguera.
El operativo se realizó gracias a los patrullajes preventivos de la Policía de Fronteras, quienes detectaron a los caballos en un punto ciego entre Palo de Arco y Mojón 10, en Cuatro Esquinas de Los Chiles. Tres hombres arreaban los equinos por zonas irregulares con la intención de ingresarlos a Costa Rica de forma ilegal.
Los animales representaban un riesgo sanitario para el país. Según las investigaciones, su destino era ser vendidos para la elaboración de embutidos que acabarían en los hogares costarricenses. Este caso destapó una realidad cruel: el uso de caballos enfermos para consumo humano.
Tres detenidos y una red de tráfico animal desmantelada
Los responsables del traslado fueron identificados como tres ciudadanos nicaragüenses, quienes se encontraban en condición migratoria irregular. Al notar la presencia policial intentaron escapar, pero fueron detenidos en el acto.
La Fiscalía de Los Chiles ordenó que los equinos fueran entregados al Servicio Nacional de Salud Animal (SENASA), institución encargada de atender su estado de salud y garantizar su protección. Los detenidos quedaron bajo custodia de la Dirección de Migración, a la espera de su repatriación a Nicaragua.

Este caso pone de relieve la necesidad de reforzar la vigilancia en las fronteras y tomar acciones contundentes contra el maltrato animal, una problemática que sigue afectando tanto a los animales como a las personas.
Denuncias ciudadanas y acciones urgentes permitió detener el tráfico de caballos
La intervención fue posible gracias al trabajo continuo de patrullajes en zonas fronterizas. También a la cooperación de la ciudadanía que no permanece indiferente ante la crueldad animal. Este tipo de actos genera preocupación entre grupos defensores de los derechos de los animales, quienes piden una respuesta firme del Estado para evitar que estos hechos se repitan.
Puede interesarle: La esperanza en la vejez: un llamado a abrazar la vida en todas las edades
Además del sufrimiento evidente de los caballos, este tipo de tráfico representa una amenaza sanitaria para el país. Los animales enfermos podrían transmitir enfermedades peligrosas a otras especies o incluso a los humanos.