
Max Esmelin Díaz Borquet, conocido como el Chele Díaz, de setenta y un años de edad, es una persona apreciada por la comunidad de Camoapa. Es todo un personaje en el pueblo, pues cada vez que se entera de un funeral asiste para acompañar a los familiares, sea conocido o no del difunto. Esa una de sus principales características y quienes lo conocen afirman que es un hombre supremamente humilde y amable.
Es alto, muy delgado, de tez blanca y ojos zarcos, quizás de ahí le viene el apodo de El Chele Díaz. En Camoapa se le ve montado a caballo, vestido sencillo, a veces de aparejo, eso sí, siempre con sombrero. De hablar pausado y muy educado, saluda a quien pasa cerca de su lado.
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El Chele nació en Camoapa en el sector conocido como Las Pencas. Ahí vivió sus primeros meses de vida, también estuvo un tiempo en Granada por trabajo de su padre y luego se trasladó a la comunidad de San Isidro, en Camoapa, donde ha permanecido los últimos sesenta años y en donde tiene una pequeña finca. Según cuenta nuestro personaje de la semana, su niñez la pasó en labores del campo.
Díaz comentó que desde muy chavalo tuvo varias enfermedades y hasta la fecha aún padece secuelas. Además, tiene afectaciones como consecuencias de las caídas de los caballos que tuvo al realizar su labor en el campo. “Me dio sarampión cipote, me vi muy mal, que casi me muero. También me caí varias veces del caballo, yo iba a visitar mucho a mis abuelos, porque me querían mucho”, recordó el Chele.
Díaz Borquet afirma que su afición por visitar los funerales se debe a un episodio que le tocó vivir con la muerte de uno de sus abuelos y desde ese momento le despertó esa sensibilidad. “Yo llego a las velas, conozca o no a los familiares, llego, les presento mis condolencias, estoy un momento y me retiro. Es algo que me nace, es espontáneo y lo miro sin distinción”, aseveró el personaje local.
El Chele Díaz es un personaje único
Manuel Guevara, habitante de Camoapa, recuerda que tuvo la oportunidad de entrevistar al Chele Díaz en programas televisivos. Asegura que es un personaje único, muy pintoresco y con una sinceridad inigualable. “Es una gran persona, siempre se dirige a los demás con mucho respeto, tiene muy buenas anécdotas y las cuenta con una realidad impresionante. Creo que es uno de los últimos personajes autóctonos que quedan en Camoapa”, detalló el poblador.

Guevara aseguró que el acompañar los funerales es un gesto bonito y que la gente lo reconoce por esa situación, ya que un acompañamiento en momentos de dolor siempre es bueno. “Yo no sé cómo se da cuenta de que en el pueblo hay una vela, porque en su finca no llega el perifoneo de Francisco Hernández. Es una capacidad para obtener la información de verdad impresionante. Es un hombre muy respetado por su humildad”, detalló el ciudadano.
Concluyó su primaria e inició la secundaria
Esmelin Díaz, también nos contó que siempre deseó estudiar y, a pesar de que su padre se lo impidió, concluyó la primaria y llegó hasta segundo año de secundaria. Algo que es especial para él es que logró ser padre. “Siempre tuve eso de no quedarme sin aprender las letras y con esfuerzo, ya mayor de edad estudié de noche. En cuento a una familia propia, si tuve cuatro hijos, pero solo sobrevive uno” declaró.
Radio Camoapa, en la 18° carrera de caballos cholencos el 27 de marzo del 2018, reconoció la labor de Esmelin Díaz. Participó en la actividad, montado en su corcel y fue homenajeado con un trofeo en nombre de toda la comunidad. También recibió otros regalos de patrocinadores.
En la actualidad, Esmelin Díaz, vive en su finca. Asegura que siempre ordeña sus cuatro animales por la mañana y luego él mismo se encarga de trasladar la leche hacia Camoapa. Se siente muy contento viviendo solo, además, se dedica al cuido de sus cinco caballos, una fascinación heredada por su familia paterna.