Quienes le conocieron en vida afirman que fue una mujer que siempre le gustó apoyar económicamente a los niños, niñas y jóvenes para su educación
La señora Claudia Lidia Rayo Arróliga, fue una ciudadana camoapeña que gracias a su espíritu altruista, tuvo la visión de apoyar la educación con la donación del terreno donde se construyó el Instituto Público de secundaria de Camoapa. Actualmente, recibe a casi dos mil estudiantes de secundaria en diurno y dominical.
Doña Lidia Rayo nació en el municipio de Camoapa el ocho de noviembre de 1919. Se casó muy joven, a los dieciocho años, con el señor José Dolores Martínez Lumbí. Procreó ocho hijos y murió a los noventa y cuatro años, rodeada de sus seres queridos.
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La doctora Yamileth Martínez Rayo, es la hija menor de doña Lidia. Afirma que su madre fue una mujer excepcional, que crio con mucho amor y dedicación a todos sus hijos e hijas. “Nosotros vivíamos en una zona muy marginal en la montaña de Camoapa, pero ella siempre procuró que sus hijos tuvieran educación a diferencia de mi papá que quería que nos dedicáramos al campo. Yo tengo muy bonitos recuerdos, fue una madre amorosa”, enfatizó la odontóloga.
Martínez Rayo, agregó que doña Lidia siempre se caracterizó por ser caritativa y que no le costaba desprenderse de las cosas materiales. “Mi mamá tuvo varios hijos postizos porque apoyo a una buena cantidad de jóvenes para que tuvieran educación. Ella cada vez que la buscaban las personas en una necesidad, si estaba a su alcance no dudaba en ayudar, eso lo tengo muy presente. Fue una mujer que le gustaba la caridad y muy religiosa, también”, declaró.
Donó un terreno para construir un centro de educación
La doctora Yamileth, afirmó que gracias a su espíritu altruista tampoco dudo en donar el terreno donde se construyó el Instituto Público, cuando uno de sus hijos le comentó sobre esa posibilidad. “Mis hermanos estudiaban en ese centro y fue uno de ellos quien trajo la propuesta de donación a mi mamá, a petición de un grupo de maestros. Ella entregó un total de siete manzanas y es una lástima porque unos años después ciertas personas comenzaron a vender parte del terreno, porque ella decía que quería que ahí se construyera algo grande para Camoapa”, aseveró.
Una de las nietas de doña Lidia Rayo, es la exalcaldesa de Camoapa, licenciada Greetcheng Martínez, quien coincide que su abuela paterna fue una mujer muy bondadosa que no les costaba ayudar a los demás. “Te voy a contar una anécdota, ella tenía en su casa un ataúd que decía que era de ella, pero cada vez que llegaba una persona pobre a pedirle ayuda para enterrar a su familiar, entonces ella lo regalaba, a saber cuántos donó en esa forma”, detalló.
Martínez afirmó que ella y su abuela tenían una relación muy particular, que siempre le apoyó en los momentos más difíciles de la vida, un ser humano entrañable y con mucho amor por ofrecer. “Cuando salí embarazada de mi hija mayor, ella me apoyó muchísimo. De hecho, yo viví con ella en su casa los últimos cinco meses de gestación, siempre tenía palabras de aliento, le extrañamos mucho”, aseveró visiblemente conmovida.
Ayudó a muchísima gente
La doctora Yamileth Martínez, indicó que el mayor aporte de su madre a la comunidad camoapeña, fue la donación física del terreno del instituto, pero su incidencia en la comunidad, es incalculable. “Hay muchas cosas que no se saben de mi madre, ayudó a muchísima gente que seguramente no se acordaba ni ella misma, puedo decir que me siento orgullosa”, declaró.
Doña Lidia Rayo, murió a los noventa y cuatro años de edad, sus últimos años de vida, los pasó en una cama porque perdió la movilidad, pero incluso en su lecho de enferma siempre procuraba ayudar y estar pendiente de los suyos.