Como es un hábito en cada Semana Santa en los templos católicos se acostumbra cubrir todas las imágenes de los santos que permanecen en exposición en las iglesias. En muchas parroquias esta acción se realiza después del domingo de Ramos, aunque también es correcto hacerlo antes de esa fecha.

La señora Zoila Valle, ministra de comunión de la parroquia San Francisco de Asís, en Camoapa, expresó que esta acción es un gesto de penitencia por el tiempo más importante de la cuaresma. “Nos han enseñado además que es un tiempo de estar en silencio, que nos concentremos en la imagen del crucificado. Que meditemos sin distracciones en su pasión y muerte”, detalló la feligrés.

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Por ejemplo en la parroquia Medalla Milagrosa, ya se puede observar que muchos cuadros ya han sido cubiertos con mantos color morado, distintivo de la Semana Santa. Además fueron retiradas varias imágenes de sus nichos.

El párroco de esa iglesia, padre Walter Mejía, comentó que es un tiempo de recogimiento espiritual, de oración. La conmemoración se centra en la pasión de Jesús. “Son días de duelo y la Iglesia se cubre con el velo de la viudez. El tiempo de Pasión está consagrado de un modo especial al recuerdo de los sufrimientos de Cristo por el que hemos obtenido la redención”, explicó el sacerdote.

¿Es obligatorio cubrir las imágenes?

¿Es obligatorio? La respuesta a esta pregunta la dio el padre José de Jesús Aguilar, de la Arquidiócesis de México, en un artículo publicado en “Desde la fe” en 2006. No, no es obligatorio, pero es una tradición de la Iglesia que se conserva aún en algunos templos.

“La idea es que nada distraiga al cristiano en su proceso de conversión. Así podrá descubrir con mayor profundidad el amor de Dios a través de su Hijo Jesucristo y en los santos un ejemplo a seguir. De hecho, durante la celebración del Viernes Santo por la tarde se va descubriendo poco a poco la imagen de Cristo crucificado. Hasta dejarla totalmente visible”.