
Pescadores de Casares, La Boquita, Masachapa, Puerto Sandino y Poneloya llegan a las costas de Aserradores, Jiquilillo, Mechapa y Potosí, en el municipio de El Viejo, en busca de bancos de pesca
Pescadores están en condiciones críticas. Los vientos que se experimentan en el Pacífico del istmo centroamericano, aleja a las presas. Pasan horas en busca de bancos de pescas en otras playas para no perder el día de faena.
En Aserradores, Jiquilillo, Mechapa y Potosí, en el municipio de El Viejo, departamento de Chinandega, experimentan la llegada de más acopiadores. Lanchas y pescadores de Casares, La Boquita, Masachapa, Puerto Sandino y Poneloya en busca de mejores bancos de pesca. “Aquí en Corinto hay muchos de Poneloya que se han venido”, confirmó un pescador en Playa Nueva de Corinto.
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La migración interna de estos pescadores no es nueva, pero ahora se ha incrementado. Estos llegan con sus aperos, lanchas, toldos, casas de campaña y mujeres que cocinen y que laven la ropa.
«Son nuestros hermanos y vienen en busca de una mejor pesca en esta zona, pero preocupa”, señaló un poblador costero en la zona de Punta Venecia, un poco inquieto por la cada vez más frecuente invasión.
Otro problema: la piratería
La piratería salvadoreña y de Honduras, también se suma al problema, aunque es combatida certeramente por el Distrito Naval del Pacifico. Decenas de pescadores se adentran a varias millas en sus respectivos países, sin que obtengan tanto producto como lo hacen en nuestras aguas en El Golfo de Fonseca.
Los permisos de zarpes, la autorización de la Fuerza Naval, para ir a alta mar en lancha, se han detenido desde este fin de semana.
“Los fuertes vientos no cesan”, confirmaron en Corinto. Analizan que hasta el viernes que viene, podrían entregar los zarpes las autoridades. “Es que también con esta luna nueva, los vientos están fuertes y claro eso afecta”, señaló uno de los más experimentados.
Los precios y las ventas
Al mercado de Chinandega llega pescado del embodegado o el que los acopiadores tienen en frigoríficos. Una de las sugerencias a los compradores es revisar bien el marisco. Gran parte de los vendedores de marisco ofrecen también moluscos. “Los punches no, están mudando en esta época”, comparte una comerciante.

Los precios del pargo se ha incrementado hasta 150 y 160 córdobas la libra. El dorado (marisco de exportación) a 180 y 200 córdobas la libra. La curvina y el ruco experimentan nuevos precios.
Los vendedores de cócteles de conchas negras procedentes de El Realejo no se han detenido. Los pescadores, si tienen que esperar a que amainen los vientos.