El año 2022 fue el más “funesto” para la Iglesia Católica Nicaragüense al recibir 140 ataques por parte del gobierno y sus simpatizantes, así lo denunció la abogada nicaragüense y defensora de derechos humanos Martha Patricia Molina en sus redes sociales.

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Procesos penales injustos y no apagados a lo que mandatan las leyes, confiscaciones, secuestros, discursos de odio, impedimento a la libertad de movilización, cierre de Organizaciones Sin Fines de Lucro religiosas y de medios de comunicación religiosos, deportaciones, exilios, expulsiones, profanaciones, robos, asedios, amenazas y prohibición a realizar procesiones”, fueron según la defensora Molina las agresiones más relevantes en contra personas religiosas y laicos en Nicaragua.

La abogada Molina señala que desde 2018 la Iglesia Católica nicaragüense “vive una persecución que atenta contra la libertad religiosa contemplada en los instrumentos de derechos humanos internacionales y de las propias leyes internas de país”.

Molina considera también que “el incremento de las agresiones se debe a que Iglesia Católica nicaragüense continúa firme en su fe y principios, predicando el Evangelio que es en sí un anuncio y denuncia de las arbitrariedades de los poderosos en turno”.

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A finales de octubre de 2022 la abogada Molina presentó la segunda entrega del informe Nicaragua: ¿una iglesia perseguida?, que registró 396 ataques en contra de la Iglesia Católica nicaragüense y una actualización de fin de año reporta un total de 410 agresiones desde 2018. El documento detalla que los años 2018 y 2019 se registraron 81 y 76 hostilidades respectivamente.