Economía

Nicas exiliadas emprenden venciendo los obstáculos

por | 15/11/2022, 4:12 pm | Destacadas, Economía, Noticias

Ha sido una tarea difícil, a veces bajo amenaza de frustración, pero se levantan y siguen, reinventan ideas para no quedarse y mantener vivos los sueños.

A las mujeres emprendedoras, migrantes y pobres les toca enfrentar desafíos con doble carga de entusiasmo para permanecer en la lucha. Y es así, porque el estatus migratorio les limita el acceso a: los trámites fiscales, la formalización, el crédito, las capacitaciones y hasta el desarrollo de redes de contactos.

Mientras tienen el estatus de “solicitante de refugio”, no pueden formalizar su negocio. Y aún con el asilo aprobado, existen “actitudes xenófobas” de funcionarios de instituciones estatales y privadas a las que solicitan algún tipo de servicio.

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Xaviera Molina, de Manitos Mágicas by Doraly, emprendimiento de postres artesanales, dice que el acceso al crédito es indispensable para crecer. En su caso, solo un par de bancos le han dado respuesta a su solicitud, pero fue hasta que le aprobaron el refugio.

Mientras tanto, ella se ha autofinanciado con los ingresos que percibe de sus trabajos de diseño gráfico. “Un emprendimiento para que a una le dé para vivir, se necesitan por lo menos de 3 a 5 años. Entonces, por el momento son ingresos muy básicos los que me aporta”, detalla Molina que desde los 12 años, ha trabajado para sustentar sus estudios.

Crecerían más pero…

Esa carencia del capital para impulsar los negocios, se refleja en el emprendimiento de joyas y accesorios a base de material reciclable de Claudia Tenorio, una socióloga, feminista y ambientalista exiliada en Costa Rica. “He perdido grandes contratos con tiendas y empresas por la falta de inversión”, confiesa Tenorio, quien dice no se cansará de buscar.

Actualmente trabaja como maestra de castellano, de primeros auxilios y otras actividades que le generan ingresos fijos para garantizar el alquiler y la comida del mes.

Cuando logra culminar una línea de joyas y las vende, la poca ganancia que saca es para reinvertir en los materiales. Aún no es autosostenible, pero no descarta que a corto plazo lo sea. Actualmente se está formando en distintas áreas para ello.

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Otra desventaja de la vida empresarial de estas mujeres, es la baja red de contacto para clientes. “Emprender es bastante complicado. Regularmente cuando uno es migrante conoce poca gente que también es nicaragüense y muy probablemente no tienen bastante poder adquisitivo”, confiesa Molina de Manitos Mágicas by Doraly.

Molina comenzó con pasteles y en la actualidad vende desayunos y almuerzos por encargos que logró por las alianzas que ha hecho con emprendedoras costarricenses y nicaragüenses ya establecidas, que conoció a través de la Red de Mujeres Pinoleras (RMP).

Buena iniciativa

La Red de Mujeres Pinoleras, es una iniciativa que nació hace dos años. Seis nicas en Costa Rica desempleadas, agobiadas, sin efectivo en mano y con necesidades que suplir acordaron -vía Zoom- una tarde reunirse para hacer ‘trueques’ con sus creaciones de bisutería, alimentos, medicamentos y mascarillas. 

En ese encuentro reconocieron la capacidad que tenían cada una en distintas ramas y se plantearon la posibilidad de vender a su entorno. Valoraron la idea y comenzaron a vender sus productos a través de las redes sociales. Y fue el 17 de octubre de 2020, cuando se “normalizó un poco la vida de los costarricense” que se efectuó la primera feria RMP.

Un espacio que además de potenciar las ideas de negocios, hace activismo político, feminista, acompañamiento psicosocial, diseña estrategias de negocios, promueve la cultura, así como el empoderamiento de las mujeres diversas que la conforman.

Jacob Ellis, fundadora de la RMP, quien “no romantiza” los emprendimientos en el exilio, pero, que lucha por hacerlo realidad, prepara alimentos propios del Caribe Sur de Nicaragua como parte de la reivindicación de su cultura.

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Para ser un emprendedor en el exilio tenés que tener una madurez emocional, política y económica, porque competimos con pandemia y con el montón de emprendimiento que también han surgido. Pero, nos hemos superado en podernos posicionar organizativamente en lo que es mujeres pinoleras”, detalla Ellis.

A lo que Yulia, de Delicias Caseras Yulia, sostiene que pese a lo duro que puede representar sostener su idea de negocio, es algo que no piensa desistir.

Mi emprendimiento es mi idea, mi fuerza, mi valor verlo hecho realidad y que exista me da valentía, muchas veces he tratado de buscar empleo, pero siento que me minimizó yo misma y no me gusta sentirme así. Eso pasa cuando las ventas son bajas y despierto al siguiente diciendo hay que trabajar más”, enfatiza Yulia.

Esta red, en un inicio logró convocar a 30 mujeres, número que se ha reducido a 21 porque otras han optado por migrar a Estados Unidos.

Gran reto

Ellis y Tenorio admiten que ser migrantes y emprendedores es un reto para acceder al sistema de legalización de la organización y sus negocios. Los trámites son burocráticos y para lograrlo se auxiliaron de las alianzas que tenían con otras redes de apoyo.

Había días que andábamos con los zapatos rotos, sin comer, sin pasaje, ha sido difícil, no ha sido fácil, sin recursos. Nosotras hemos sido autogestionadas y ha sido un desafío total. Nuestra fortaleza es la capacidad de resiliencia que tenemos y las fuerzas del corazón, desde el vientre, que nos ha salido para poder continuar luchando aquí en el exilio”, dice Tenorio 

La Red de Mujeres Pinoleras con alianzas con otras organizaciones nos hemos ido empoderando, formándonos. Hasta para emprender se estudia, si no sabemos de contabilidad  nos vamos a pique, si no tenemos clara la idea de negocio no prósperas, yo he estudiado gestión de negocios con fundación Mujer, con Flacso y sigo estudiando”, detalla Yulia.

Los clientes de estas mujeres diversas en su mayoría son nicaragüenses, pero también los costarricenses se van sumando a su mercado.

Todas las mujeres que son parte de la RMP, trabajan y sueñan por tener un negocio físico permanente donde ofrecer sus productos y servicios, ser generadoras de empleo a otras mujeres, pues no tienen previsto regresar a Nicaragua a corto o mediano plazo. La mayoría salió del país por salvaguardar sus vidas tras las amenazas que sufren por el gobierno Ortega Murillo.

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