En Nicaragua el desplazamiento a gran escala sigue siendo detonado por inestabilidad política, según (ACNUR)

La crisis sociopolítica, sumada a la difícil situación económica que enfrenta el país desde hace más de tres años, ha generado el desplazamiento obligatorio de miles de nicaragüenses entre ellos, exiliados políticos que tras amenazas de muerte y cárcel por parte del gobierno y simpatizantes sandinistas, tuvieron que refugiarse en Costa Rica.

Yo abandoné el país por razones políticas y por pensar diferente, estoy refugiado en Costa Rica desde hace cuatro años y todo inicio es difícil, recién llegado se me presentaron un sinnúmero de enfermedades producto del estrés generado en Nicaragua. Me diagnosticaron como paciente epiléptico, tuve hasta cáncer de garganta y logré vencerlo. Yo fui parte del Frente Sandinista pero en el 2018 salí a las calles de León a protestar y a exigir justicia por tantos presos y muertos que generaron los Ortega Murillo, lamentablemente no tengo contacto con mi familia”, asegura Magdiel Galeano activista y defensor de derechos humanos LGBTIQ.

Mientras tanto, cada día emigran más nicaragüenses, quienes tomaron la decisión de enfrentar la terrible travesía del sueño americano en busca de mejores condiciones de vida, sabiendo que en esta trayectoria temeraria podrían ser secuestrados, o abandonados por los mismos traficantes de personas, perder sus sueños y hasta la vida.

Abandonados a la intemperie

El éxodo de nicaragüenses cada vez es mayor y a éste se suman los ciudadanos de la zona fronteriza de Rivas, donde muchos jóvenes han tomado la repentina decisión de migrar, agobiados por los altos costos de la vida y la falta de empleo.

La travesía no es nada fácil. Así lo reafirma el joven rivense de iniciales E.R.T., quien a inicios del mes de enero de este año, junto a cuatro jóvenes más, fueron estafados y abandonados por un supuesto coyote de nombre Erick José Castillo Mendoza originario del municipio de San Jorge de esta ciudad sureña.

La primera vez que quise llegar a Estados Unidos fue muy duro porque fuimos estafados y abandonos a nuestra suerte en la frontera de Tecún Umán, nosotros le dimos 3 mil dólares por persona a Castillo y luego se desapareció con el dinero, meses después, lo volví a intentar y con el apoyo de mis padres pude emprender ese viaje a inicios de marzo, yo soy ingeniero químico, estudié en la Universidad Nacional de Ingeniería (UNI) y me sentí decepcionado porque también me sumé a la larga lista de desempleados en el país”, lamentó.

Desempleo, trabajo informal y mal remunerado

El 2022 ha sido el año donde más rivenses se arriesgaron a abandonar el país con las esperanzas de poder obtener mayores oportunidades de empleo. Un joven de 27 años de iniciales J.N. tuvo que emprender ese viaje al ver que todos sus amigos de la infancia se habían marchado del país. Hoy la comunidad y el barrio que los vio nacer, lucen desolados y muy diferentes.

No me importó emprender ese viaje de 22 días aproximadamente, el camino fue duro y en el transcurso del viaje te arrepentís, pero no podés hacer nada porque es aguantar o quedarte en Nicaragua sufriendo los altos costos de la canasta básica, el mismo salario congelado y unirte a la lista de desempleados. Yo trabajaba como vigilante en un sitio turístico y el pago no me alcanzaba para absolutamente nada”, recalcó el muchacho.

Te arriesgás a todo, a ser asaltado, a que te enfermés. Yo me enfermé hasta del Covid 19, pero todo eso no fue obstáculo para seguir con mi camino pese a que sentía que mi cuerpo se deterioraba por el cansancio y mala alimentación”, reiteró.

Este rivense narra que ya estando en Reynosa, México, tuvo que pagar 800 dólares a los carteles de esa zona por ser nicaragüense. “Los carteles consideran que los centroamericanos, son solamente guatemaltecos y hondureños, quienes pagan 500 dólares por persona, si no les brindás lo que ellos te piden te arriesgás a ser secuestrado, a que te abandonen a la intemperie o en el peor de los casos que te maten”, explicó.

Sacrificio sostiene economía nica

El Banco Central de Nicaragua (BCN), brindó el informe y estadísticas de remesas correspondiente al segundo trimestre del año en curso, el cual indica que el flujo de remesas ingresado a la economía continuó con tendencia positiva, al totalizar en el trimestre 763.6 millones de dólares, para un crecimiento de 44.1 por ciento con respecto a igual trimestre de 2021 (US$529.8 millones). De esta forma, las remesas acumuladas al mes de junio sumaron 1,396.2 millones de dólares, siendo 35.5 por ciento mayor a los recibidos con respecto a igual período de 2021 (US$ 1,030.2 millones).

Aunque para Nicaragua las remesas brindan un respiro a la economía, éste se logra con el sacrificio de miles de nicaragüenses que se encuentran fuera del país sometidos a una pesada carga laboral. En su mayoría tienen dos trabajos diferentes, para poder sobrellevar los gastos de su alimentación, transporte y alquiler y enviar dinero a la familia.

Entre los departamentos que registran mayor migración están Boaco, Estelí, Matagalpa y Nueva Segovia, ahora se suma Rivas a la lucha de sobrevivencia.

Al menos 108 mil 018 nicaragüenses han llegado a Estados Unidos de manera irregular este año, según la última actualización de la Oficina de Aduanas y Protección de Fronteras (CBP, por sus siglas en inglés).