El presidente de Panamá, Laurentino Cortizo, apeló a un diálogo “sincero y sin doble agenda”, al instalar una mesa de negociaciones para buscar una solución a la crisis del país, a la que no asistieron los gremios que impulsan desde hace más de una semana protestas y huelgas para exigir una bajada en el costo de la vida y otras reivindicaciones.

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No tengo duda que, con el diálogo sincero, sin doble agenda, podemos seguir avanzando, corrigiendo lo que hay que corregir”, declaró Cortizo en el acto de apertura del diálogo, que tiene como mediador al arzobispo de Panamá, José Domingo Ulloa.

El jefe del Estado pidió “de manera respetuosa y humilde que se permita el libre movimiento en el país”, resaltando que las protestas son parte de la democracia, aunque invitó a los manifestantes a no perjudicar al resto de la población, “en especial a los más necesitados”.