La invasión de las tropas de Vladimir Putin a Ucrania no solo deja miles de muertos, heridos, desplazados y destrucción. También deja secuelas psicológicas en los miles que intentan seguir con sus vidas en medio del hambre, el miedo, la desolación e, incluso, tras sufrir violaciones sexuales.

El portal ucraniano HB entrevistó a la psicoterapeuta Oleksandra Kvitko, quien trabaja con víctimas de violaciones cometidas por el ejército ruso en los territorios ocupados. Habló de los casos más difíciles que tiene y afirmó que tales atrocidades no existían en el mundo moderno desde hacía mucho tiempo.

“El niño más pequeño con el que trabajo tiene 10 años”, contó la profesional; al tiempo que indicó que “las atrocidades de la guerra no excluyen a nadie, tengo varios casos de violación de hombres. Sólo uno me permitió hablar de su experiencia. Este hombre es discapacitado, tiene 45 años, no pudo ir al ejército ni a la defensa y se vio obligado a quedarse en casa por su estado de salud cuando fue atendido. La violación de hombres en nuestra sociedad es un tabú, tradicionalmente se requiere que tengan coraje, valentía, fuerza. Los hombres rara vez se atreven a hablar de tal lesión, mucho menos que las mujeres. No es fácil para las mujeres hablar de esto, y especialmente para los hombres”.

También podría interesarle «Presidente de Costa Rica pide disculpas con mujeres que lo acusaron de acoso»

Ucrania abuso

Y siguió: “Las primeras víctimas de la violencia sexual comenzaron a acudir a mí después de la liberación de la región de Kiev. Han pasado tres o cuatro días, y las llamadas han comenzado, y aún no terminan. Después de Kyiv, se unió la región de Kherson, las aldeas bajo ocupación, las niñas que fueron sacadas de allí. Estas personas tienen mucho miedo, no confían en nadie. Le envié una foto de mi pasaporte y un certificado de psicóloga a una niña para mostrarle que tengo la competencia para comunicarme con ella. Nos comunicamos de tal manera que su video está apagado y mi video funciona constantemente, ella necesita verme porque la confianza en estas chicas está muy destruida”.

También podría interesarle «Congresistas hispanos piden a Biden mejorar sistema migratorio«

Luego marcó una diferencia entre lo que denominó violaciones domésticas y las que se dan en un contexto de guerra. “Las violaciones domésticas tienen como objetivo el placer sexual del violador. Obtener tal placer no es natural, se llama perversión (…). Ahora también estamos ante la perversión, pero con un gran componente de sadismo, y su naturaleza es diferente. En mi opinión, no se trata del placer, sino del poder del violador sobre la víctima. Obtienen poder y control, a menudo sin siquiera placer físico sexual, solo moral. Varias chicas me dijeron que en su caso la violación no terminó en eyaculación”, narró la especialista.