En Nicaragua, los miskitos rechazan la política de ‘cohabitación’ con los colonos, y demandan al Estado nicaragüense que cumpla la Ley, reporta un reportaje amplio del portal Confidencial

Nos negamos rotundamente a la convivencia o cohabitación entre indígenas y colonos, debido al alto riesgo de etnocidio y a la impunidad vigente sobre los delitos contra la vida y el patrimonio comunitario. No se puede convivir con quienes han violado nuestros derechos, y buscan por todos los medios posibles arrebatarnos nuestro patrimonio comunal”, declaró una asamblea de la resistencia indígena.

Dos líderes de la etnia miskita denunciaron la muerte de más de 60 de sus hermanos desde 2016, a manos de colonos enviados desde otras zonas del país, para adueñarse de las riquezas naturales que abundan en esa parte del territorio nicaragüense, publicó el portal Confidencial.

Hay más de 62 muertos”, dice Susana Marley, a quien le llaman “Mamá Tara” (Mamá Grande), vocera de la Resistencia Indígena desde los años 80, originaria del territorio Wangky Maya, Cabo Gracias a Dios, exiliada en Costa Rica desde diciembre de 2021.

La última asamblea, del 21 de marzo 2021 en Waspam, Río Coco, declaró que hay 62 asesinatos de nuestros hermanos indígenas miskitus y mayagnas”, precisó.

Rudwell Rosales, líder territorial de 10 comunidades indígenas, originario del territorio Twy  Yahbra, Puerto Cabezas, ratifica el conteo de Mamá Tara, explicando que 22 de ellos son muertes recientes, recordando a Johnny, un líder comunal asesinado en el sector de Sangny Line, o una lideresa que fue asesinada junto a sus hijos para invadir sus tierras.

Hay un proceso de invasión a los territorios indígenas, sobre todo en la región del Caribe Norte de Nicaragua”, señala Amaru Ruiz, presidente de la Fundación del Río.

El experto detalló “una constante violación a sus derechos humanos, y un aumento en la invasión a esos territorios”, que los obliga a desplazarse hacia Honduras, Costa Rica, o hacia otras zonas y territorios miskitus en el norte de Nicaragua”.

Desde que Ortega llegó al poder, implementó una política de cohabitación, una institución que llegó a restringir los derechos de las comunidades indígenas, que ya enfrentaban la expoliación de sus recursos naturales”, explicó Carlos Guadamuz, integrante del Colectivo de Derechos Humanos ‘Nicaragua Nunca Más’.