
Dolores, es madre de una persona con síndrome de Down, asegura que los primeros años de vida de su hijo fueron bastante difíciles principalmente cuando se enfermaba ya que no se podía comunicar adecuadamente, pero ahora es una persona de treinta años que puede valerse por sí sola en la mayoría de las cosas de la vida cotidiana.
Mi hijo puede hacer casi todo lo de la casa, cocina, lava su ropa, limpia la casa, no trabaja porque es muy difícil para los discapacitados encontrar algún empleo, pero si nosotros como familia tratamos de involucrarlo en todo”, relata Dolores.
La madre de familia considera importante que en la comunidad existan centros o programas de ayuda a personas con discapacidad, tanto en el ámbito motor, psicológico y aprendizaje, pues sería de gran ayuda para las familias.
Pandemia
Desde hace algunos años la atención integral a los niños y niñas con discapacidad ha disminuido y la pandemia de la Covid 19 vino a agudizar la situación. En la actualidad la atención se reduce a unas cuantas horas a la semana en terapia motora para los pequeños que tienen problemas de movilidad.
La señora Esmilce Jirón, quien por mucho tiempo coordinó el grupo de Los Pipitos en Camoapa, comenta que en los últimos dos años el apoyo a esa organización se redujo drásticamente y aun más con la situación de la pandemia.
El organismo prácticamente se sostenía con el apoyo local, pero eso se ha perdido señala jirón.
La señora Jirón dice que por ahora la única atención que se brinda, es a los niños y niñas que tiene una discapacidad de movilidad, no hay otro tipo de servicios.
En la actualidad Los Pipitos sobreviven de milagro, incluso no se ha logrado construir el centro de rehabilitación en Camoapa, ahí está el terreno y no se pudo hacer nada, es una lástima”, señala la madre de familia.
La señora Esmilce Jirón hizo un llamado a la población para reactivar la ayuda hacia Los Pipitos porque solo de esa manera podrán promover otros programas que también servirían para muchos niños y niñas, con diferentes capacidades.
En diciembre de 2011, la Asamblea General de las Naciones Unidas designó el 21 de marzo Día Mundial del Síndrome de Down. Con esta celebración, la ONU quiere generar una mayor conciencia pública sobre la cuestión y recordar la dignidad inherente, la valía y las valiosas contribuciones de las personas con discapacidad intelectual como promotores del bienestar y de la diversidad de sus comunidades.
Asimismo, esta efeméride quiere resaltar la importancia de su autonomía e independencia individual, en particular la libertad de tomar sus propias decisiones.