Este miércoles se presentó el informe 2020 “Violencia e inseguridad en Nicaragua”, del Monitoreo Azul y Blanco, bajo la autoría de la investigadora Elvira Cuadra, en donde se refleja que la política de represión del gobierno Ortega Murillo ha transitado al menos por once fases desde abril de 2018 hasta la fecha y cada una de ellas ha tenido objetivos y características diferentes. 

Según este informe durante el 2020, la política de represión ha estado caracterizada por un permanente hostigamiento, vigilancia, amenazas, ataques, impedimento de la libre movilidad, detenciones, juicios de líderes políticos, excarcelados políticos, periodistas, medios de comunicación, activistas sociales, defensores y defensoras de derechos humanos, entre otros; también ataques sistemáticos y dirigidos a templos religiosos, la mayoría católicos, entre otras formas represivas. 

La experta en Seguridad, Elvira Cuadra, dijo que este informe demuestra la importancia del trabajo periodístico porque en las notas realizadas, se logró recabar la información para hacer las fichas de caracterización de cada perfil. 

La metodología para la elaboración de este informe, incluye una revisión exhaustiva de las notas que a aparecen en los diferentes medios de comunicación en relación a los asesinatos, a partir de eso se elabora una lista y una ficha con información que nos permita completar un perfilo de las víctimas, de los perpetradores y también las características más relevantes de estos actos de violencia.” 

Sin embargo, este análisis, no es un registro exhaustivo, “no tenemos acceso a toda la información, porque no se pueden verificar en el terreno debido a las condiciones de represión y a la inseguridad que prevalece en el país”, dice Cuadra. 


Elvira Cuadra, investigadora y experta en seguridad

El informe, que analiza de enero a diciembre de 2020, muestra claramente como el tipo de violencia letal es una tendencia sostenida desde el año 2018 y se ha incrementado de un año a otro, refiere la experta en seguridad. 

En el período del 2019, ocurrieron 141 casos de asesinatos, mientras en el 2020 tuvimos 264, eso significa un incremento del 87.2 % en el 2020 respeto al año anterior. Es importante decir también que durante el 2019 el promedio de asesinatos por mes fue de 20.6 %, mientras que el 2020 es de 22%, eso significa que al menos 22 personas en el 2020 fueron víctimas de asesinato en el transcurso de un mes.” 

Las localidades donde se reporta mayor incidencia de asesinato en el 2020 fueron Managua con el 19.3%, Jinotega con el 18.2%, la región Autónoma del Caribe Sur con 11.4% y Matagalpa con el 9.8%. Los municipios que aparecen con la mayor cantidad de incidencia son Managua con 15.2%, Wiwilí de Jinotega con 5.3%, San José de Bocay con el 4.9%, El Cuá con 4.2% y Matagalpa con el 3.8%. 

En el 2019 la violencia y asesinato predominaba en zonas rurales ahora hay un traslado a los centros urbanos del país, destaca el informe. 

Una de las características relevantes, se detallada en el monitoreo, son los horarios de mayor incidencia de asesinatos. “En el 75.4% de los casos los asesinatos ocurrieron entre la medianoche y las cuatro de la mañana, es un nivel de incidencia bien alto, eso es un horario en el que la gente realmente no está en la calle, destaca la experta.  

Cuadra explica que las motivaciones de saña en el 2019 disminuyeron el porcentaje de casos donde se expresa una motivación política. 

Claramente señalados como motivación política hay ocho casos, con el 3%, 17.8% se refirió que se trataba de un asalto o de robo y aumento el número de casos donde se señala asesinatos vinculados con violencia de género o violencia hacia las mujeres.” 

La tendencia de violencia presente desde el año 2019 es constante, se ha incrementado y además se ha extendido a los centros urbanos en todo el país. 

 En el transcurso del 2020, el gobierno presidido por Daniel Ortega y Rosario Murillo, mantuvo la política de represión y el estado de excepción de facto que ha impuesto sobre la sociedad nicaragüense desde el 2018, señala el informe. 

“Este es uno de los factores de riesgo más importante a la seguridad, pero además se ha convertido en el principal dinamizador de otras formas de violencia que están vinculadas con la delincuencia común y con el crimen organizado.”  

Esta política de represión gubernamental incentiva que ocurran otras formas de violencia y eso explica por qué en el 2020 los asesinatos se hayan incrementado, otro factor asociado es que la policía que es la principal institución que debería de encargarse de la protección de la integridad física de la ciudadanía está dedicada a la represión y la existencia de los grupos paramilitares u la impunidad con la que actúan y se movilizan en diferentes zonas del país y un tercer punto es la disponibilidad de armas de fuego que están en manos de grupos paramilitares”, entre otros, detalla el monitoreo.