Félix Rubén García Sarmiento, nació en Metapa actualmente Ciudad Darío el 18 de enero de 1867, y falleció el 6 de febrero de 1916 en León, fue un poeta, periodista y diplomático nicaragüense, el máximo representante del modernismo literario en lengua española. Es, quizá, el poeta que ha tenido una mayor y más duradera influencia en la poesía del siglo XX en el ámbito hispano, y por ello es llamado «príncipe de las letras castellanas».
Alfonso Malespín jirón catedrático y periodista, nos comenta que Darío se hizo notable en muchos países, y que muchos creían que el poeta no era de estas tierras pinoleras, por su influencia poética y periodística y su muy amplia forma de escribir.
“Rubén Darío fue un periodista notable, aparte de ser un diplomático. La mayoría de la gente no sabe que Darío para ganarse la vida trabajaba como periodista y lo hizo en el Salvador en Guatemala en Costa Rica en Chile en Argentina, por eso es que algunas personas creen que él era sudamericano y no nicaragüense.
De niño, Darío escribió sus primeros poemas en león es ahí donde lo reconocen como “poeta niño”, el compartía con gente muy adulta en la ciudad. Publico también en Rivas siendo un adolescente, luego de eso se fue del país, toda su carrera periodística la hizo en América del Sur, a Costa Rica y Salvador llego por razones familiares por su esposa, a Guatemala por razones políticas y también a España.
Un intectual prestigioso
Apasionado por la escritura, se convirtió en un escritor polifacético, escribía muchísimo de la vida cotidiana solo que con la profundidad y la creatividad que le permitía su enorme altura intelectual, no era lo que denominan ahora “papa frita, o el principiante”, comenta el catedrático Malespín.
En la época de Darío, los periódicos eran los medios de comunicación de punta tal como lo es el internet en la actualidad, el periodista o escritor que llegaba a formar parte del staff de esos medios debía ser un intelectual con cierto nivel y adquiría un notable prestigio, algo que logró adquirir el nicaragüense.
“El prestigio que tenía Darío era que donde llegaba era el redactor estrella o el editor y además de eso era el que hacia las columnas que eran casi los editoriales del periódico o hacia las crónicas, tenía por su prestigio la posibilidad de elegir hasta los temas. Era capaz de cubrir deporte, de criticar las dictaduras proliferada en aquel momento en América Latina, los resabios del conservadurismo que veían de los tiempos de la colonia”, señala el catedrático.
El trabajo de Periodista: amor y necesidad económica tomadas de la mano
El periodismo fue el trabajo apasionado que sustento económicamente al escritor, además la trinchera para expandir sus contenidos semanales y sus funciones diplomáticas, tenía varias razones para ser un virtuoso periodista.
En primer lugar porque necesitaba un ingreso, en segundo lugar, porque sabía hacerlo, precisamente era para mantenerse en la agenda, y entonces se estaba leyendo sobre Darío todas las semanas y eso le daba un poder multiplicador a sus obras… Aunque él fue funcionario diplomático del gobierno de Nicaragua, en cierto momento hasta con rango de embajador, los pagos del embajador llegaban una vez al año, entonces tenia que buscar que hacer. Darío se codeaba con la flora innata de París, de Madriz, de Santiago de Chile, necesitaba tener dinero para poder asistir a esos cafés o restaurantes para comer bien”.
pasó dificultades económicas durante sus años como embajador, que solo pudo solucionar en parte gracias al sueldo que recibía de La Nación y en parte gracias a la ayuda de su amigo y director de la revista Ateneo, Mariano Miguel de Val.
De esos sacrificios económicos que, hacia Darío, surgen los rumores de que era un alcohólico, Malespín desmiente asegurando que esos cuentos de que Darío era un “picadito” son totalmente falsos y explica las razones.
“Tomar vino o licor era una cultura arraigada en aquellos momentos y la gente lo hacia por varias razones, una por socializar igual que ahora, segundo lugar por que era una señal de status, en Europa a Darío lo trataban como indio despectivamente la tenía que demostrar que no era un indio cualquiera y esa era una manera de hacerlo, la tercera en aquellos años el agua era malísima una opción para no enfermar era toma vino, el vino era menos dañino que el agua.”
En un reportaje elaborado por Wilfredo Mirando en el medio digital Niu, entrevistó al doctor Carlos Tunnermann, este insistió que Darío no solo revoco la poesía y expone “Darío fue un renovador de la prosa, La poesía y la prosa cambiaron después de su presencia; el elevo la crónica periodística a categoría literaria” afirmo.
Es en la crónica que Darío junto al Cubano José Martí, establecen una nueva forma de narrar. Las paginas del Diario la Nación fue el escenario donde estos liricos pusieron a bailar tango a la literatura y al periodismo, así lo plantea el libro la Invención de la Crónica, editado por la Fundación Nuevo Periodismo Iberoamericano (FNPI).
“La mamá Nación”, el medio de mayor sostén económico de Darío
La Nación, diario argentino, en ese momento era el periódico mas influyente de América latina. Todos querían publicar en él. Según David Foster profesor de la Universidad de Arizona comento a Niu, encontró que ningún colaborador de los miles que pasaron por esas columnas tuvieron mayor prestigio que Darío. Y con la aparición de libros como “Prosas profanas” el escritor trascendió en Buenos Aires.
Los géneros que más desarrollo Darío fuerón la Crónica, el artículo y la reseña crítica, muy documentadas, con un estilo magisterial.
El profesor y catedrático Alfonso Malespín , asevera que todo lo que Darío escribía era de primera categoría tanto periodística, como poética.
Lo que leas de Darío es de primera categoría, Darío escribió cuentos, crónicas, a parte de la poesía, escribió ensayos, nota roja hizo de todo, era un intelectual típico de su época era versátil, podía escribir lo que quisiera. Él sabía hacer de todo, lo que leas de Darío está bien hecho no una palabra más ni una menos.
Darío vivió por el periodismo y para el periodismo mas que ninguna otra cosa. El le decía al diario la Nación “La mamá Nación, porque tenía que cumplir con sus criónicas porque de ahí venia su manutención en su hogar y sus asuntos diplomáticos.
Darío sus últimos años
Darío se enferma en Guatemala de cirrosis hepáticas regresa a León en 1915, el ya viene muy enfermo, en esos años no había tratamiento como lo hay ahora nos sigue contando Malespín, “Entonces los que había y es una especie de terapias invasivas, entre los cuales estaba la punción del hígado una cosa dolorosa, con el objetivo de llegar hasta el órgano (hígado) y extraían material.. Darío sufría mucho más… Las fotos que vemos de Darío en su lecho de muerte se ve muy tranquilo durmiendo es porque le metían mucha morfina” manifiesta.
El 6 de febrero de 1916 muere el periodista. Las honras fúnebres duraron varios días presididas por el Obispo de León Simeón Pereira y Castellón y el presidente Adolfo Díaz Recinos. Fue sepultado en la Catedral de León el 13 de febrero del mismo año, al pie de la estatua de San Pablo cerca del presbiterio debajo de un león de concreto, arena y cal hecho por el escultor granadino Jorge Navas Cordonero.
Un año antes el poeta y destacado periodista, había escrito una carta al director de su “mamá Nación” solicitando su jubilación por los 20 años de haber entregado de trabajo en ese medio.
Según Malespín, la esposa de Darío y su hijo estaban en Costa Rica a ellos les quedo la jubilación, no se sabe hasta que tiempo el periódico siguió pagando la pensión de viudez de Francisca Sánchez y de orfandad de su hijo Guicho.
Como entusiasta lector de la vida y obra de Darío, el profesor Malespín reciente la poca promoción del sistema educativo en Nicaragua de este invaluable trabajo del “príncipe de las letras castellanas”, sin embargo, recomienda a la juventud hacer uso del internet donde se encuentra fácilmente una variedad de sitios de sus obras, además de análisis y críticas.
El maestro de Comunicación exhorta a indagar mas sobre el trabajo que realizaba el poeta y periodista Rubén Darío y examinar si sigue vigente lo que decía del periodismo centroamericano, “cuando la Prensa no ensalza enloda”. Y añade, “este periodista merece ser estudiado a profundidad sus principios de profesión estaban basados en la libertad, la justicia social, la honradez, la equidad, bienestar social, desarrollo de participación ciudadana, pero también justicia para los de abajo”.