18 policías lesionados dejó como resultado las dos marchas que se realizaron en Managua el sábado pasado, una a favor y contra de la candidatura del actual presidente de Nicaragua, Daniel Ortega. Los oficiales fueron remitidos al hospital Roberto Huembes donde fueron atendidos y están en recuperación.

El sub director de ese centro asistencial doctor Larry Úbeda, informó que cinco agentes presentan un trauma craneoencefálico. De esos, dos están más delicados: los comisionados Marcial Aráuz, segundo jefe de la Dirección de Operaciones Especiales Policiales y Santos Salinas, jefe de escoltas de Granera

Los enfrentamientos se dieron entre los agentes del orden público y las manifestantes de la marcha organizada por la Unión Ciudadana por la Democracia.

Los hechos ocurrieron cuando los manifestantes de la denominada sociedad civil intentaban llegar a las inmediaciones de la plaza de las victorias donde permanecían miembros de la juventud sandinista, pero un cerco policial impidió su movilización.

Durante una hora la situación se tornó difícil debido al forcejeo entre manifestantes y policías. Los agentes detuvieron por un momento a varias personas, pero gracias a la intercesión de la jefa de la Policía Primer Comisionada Aminta Granera los dejaron en libertad.

Según datos del centro nicaragüense de derechos humanos al menos cinco de sus promotores fueron lesionados por antimotines.

Por otro lado las personas que participaron en la caminata “Por el amor, la paz y la vida” organizada por la llamada Juventud Sandinista, desde tempranas horas de la mañana, se concentraron en diferentes rotondas de Managua.

Los manifestantes, en su mayoría jóvenes, avanzaron pacíficamente hasta la rotonda Rubén Darío, donde se encontraron con dos bloques más, uno proveniente de Tiscapa y otro de la rotonda Santo Domingo, y fue así que la zona entre el centro comercial Metrocentro y la Plaza de las Victorias se colmó de ciudadanos pro Gobierno.

La Primer comisionada Aminta Granera en declaraciones a medios nacionales dijo que estaba absolutamente convencida de que hizo lo correcto al momento de la realización de las marchas. Insistió en que no estaba reprimiendo a la población, sino conteniéndola para evitar que se encontraran con la otra marcha y que se diera un baño de sangre.

“Hubiésemos podido tirar dos bombas de gases y en cinco minutos hubiésemos resuelto. No tendríamos los 18 lesionados, sin embargo, quisimos ser responsables, quisimos demostrarle al pueblo que esta Policía no es una Policía represora”, enfatizo Granera.