La señora Macaria Hernández Téllez, de unos setenta y cinco años de edad, lleva tres años postrada en su cama, debido a un accidente de tránsito. Como mujer devota, la Navidad le trae alegría en medio de la situación que vive, pues como ella misma dice, es un tiempo para recordar que va a nacer el niño Dios.

Quienes conocen a doña Macaria, comentan que es una persona muy humilde desde su forma de vida como su carácter, una mujer de iglesia que siempre estuvo presente en las celebraciones importantes religiosas como el novenario del niño Dios.

Doña Macaria, afirma que siempre le gustó participar de las actividades de la iglesia, principalmente en las festividades del Sagrado Corazón de Jesús y la Medalla Milagrosa. “A mí me gustaba andar en las procesiones del corazón y la virgen. Pero desde que me accidenté, pues, ya no puedo ir, pero es la voluntad de Dios… me siento alegre que me vengan a visitar”, enfatizó.

Doña Macaria, afirma que siempre le gustó participar de las actividades de la iglesia

La señora Hernández recuerda que el novenario del niño Dios era bien alegre y cuando se le pregunta sobre cómo se sentirá en esta Navidad, aseguró que contenta y esperando compartir algunos alimentos. “Yo me acuerdo de que ponían bien alto al niño Dios, porque decía el padre que nadie lo tocara. Y pues mi Navidad la pasaré aquí con mi hija y esperando mi pollito”, señaló.

Mi Navidad la pasaré aquí con mi hija y esperando mi pollito

Doña Macaria vive al lado de sus hijas y su yerno

Doña Macaria vive con una de sus hijas y su yerno, quienes son los encargados de cuidarla por su inmovilidad, habitan en una casa ubicada de la gasolinera salida a Rancho Rojo, unos 600 metros al este. Está forrada completamente de zinc y en un espacio bien reducido. El señor Pedro Masís, es una las personas que se encarga de velar por doña Macaria. Afirma que es una situación difícil, pero tratan de sobrevivir.

Con mi esposa hacemos trabajitos de vez en cuando, pero somos gente mayor que casi no conseguimos y la gente nos ayuda bastante, pero siempre se necesitan pañales desechables para ella, porque no se puede mover por completo. Y con la comida, pues, si podemos compartir un pollito, pues, lo hacemos, si no lo que se pueda”, detalló don Pedro.

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La señora Irma Ortega, indicó que doña Macaria, recibe ayuda de varios grupos de comunidades de evangelización de la parroquia San Francisco de Asís, pero siempre hace falta.

La condición de esta mujer es cada vez peor porque tiene muchos años postrada en cama y eso deteriora aún más la salud. Es un caso muy conmovedor porque ella era una mujer muy activa y por el accidente quedó de esa manera. Sería bueno que compartieran en esta Navidad con esa familia”, enfatizó la feligresa.