
Niños y niñas vinieron al mundo con la ayuda de sus manos
Teresa de Jesús Díaz Martínez, fue partera y atendió decenas de nacimientos en Camoapa, aunque no precisa la cantidad.
Doña Teresa es auxiliar de enfermería profesional y durante muchos años trabajó para el sistema de salud pública, donde en realidad se preparó como partera. En la actualidad doña Tere, tiene setenta y seis años, hace más de una década dejó el oficio y desde entonces vive en su casa, descansado y disfrutando de su jubilación. Se casó solo una vez, tiene tres hijos y asegura que se siente satisfecha por la labor realizada en el municipio.
También podría interesarle: Una vida dedicada a la vocación de la enseñanza en Camoapa
La labor de partera fue la vocación más fuerte
Doña Tere dice que en su juventud tuvo la intención de ingresar a un convento para hacerse religiosa, fue maestra empírica en las comunidades y al final, por una cuestión del destino, decidió estudiar enfermería en León, para sacar adelante a su familia. «Yo me fui a estudiar a León, porque tenía que mantener a mis tres hijos. Ellos quedaron a cargo de mi suegra, a quien le agradezco mucho, y terminé mi carrera con esfuerzo. De ahí ingresé al hospital de Boaco y es ahí donde agarro la mayor experiencia para luego hacer mi trabajo en Camoapa«, recuerda la partera.
Nuestra personaje, asegura que nunca llevó registro de cuantos partos atendió, pero indica que fueron muchos en Camoapa, porque las familias solían buscarle para asistir los nacimientos. «Yo siempre me auxilié de un médico, nunca estuve sola, eso es importante, porque durante el parto se pueden complicar las cosas. Yo llevé a varias mujeres al hospital porque había problemas, es un trabajo muy delicado«, aseveró la enfermera.
Su familia le admira y agradece
Carmen Guevara, es una de las hijas de doña Tere y cuenta que su madre es una persona jovial, alegre y eso le ayudó mucho para atender todos los partos. «Le tenemos que agradecer mucho a mi mamá, porque gracias a ese trabajo logró darnos educación y nunca nos faltó nada. Yo recuerdo cuando teníamos que acompañarla cuando la llamaban a veces de madrugada, fue una mujer luchadora«, declaró.
Guevara agregó que fueron sus hermanos y ella, quienes prácticamente obligaron a su mamá para que ya no atendiera partos, por su edad y la responsabilidad de eso conlleva. «Nosotros le dijimos que ya no, porque ese trabajo es pesado y tiene que tener buena condición física y ya las fuerzas no son las mismas que hace veinte años atrás. Si por ella fuera, todavía atendería a las mujeres«, detalla la hija de doña Teresita.
También podría interesarle: Gobierno de Nicaragua absorbe a Cruz Roja
Doña Tere, como también le llaman quienes la conocen, coincide que traer al mundo a un bebé tiene mucha responsabilidad, porque hay que cuidar la vida del recién nacido y la de la madre. «Me acuerdo que uno de los partos más difíciles que me tocó atender fue un gemelar, pero gracias a Dios nunca se me murió un bebé o una panzona«, comenta doña Teresa de Jesús, llena de satisfacción.
La partera de generaciones recomienda que las mujeres que se dedican a ese oficio, tienen que capacitarse bien y apoyarse de un médico. Afirma que siempre que la buscan para pedirle consejos, los proporciona sin problema, porque hay una vida de por medio.
La señora Teresa Diaz, es una de las fundadoras de la filial de Cruz Roja en Camoapa y en el 2012 viajó a Arkata, Estados Unidos, para compartir su experiencia como partera en una actividad organizada por el hermanamiento de esa ciudad.
