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Etiqueta: montañas
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Pequeños negocios turísticos de La Garnacha se reactivan
Una nueva esperanza en las montañas de Nicaragua
En lo alto de las montañas del norte de Nicaragua, la comunidad de La Garnacha, parte de la Reserva Natural Tisey Estanzuela, está experimentando un renacer económico. Tras los estragos de la pandemia y la crisis sociopolítica que ha afectado al país, los pequeños negocios turísticos comienzan a prosperar, lo que ha reducido significativamente la migración de sus habitantes.
Después de enfrentar graves desafíos económicos y sociales a raíz de la pandemia de COVID-19, los residentes de esta pintoresca región celebran un cambio positivo. La reactivación del turismo y el impulso de la producción local han motivado a muchos jóvenes y adultos a encontrar oportunidades en su propia tierra, en lugar de buscar suerte en el extranjero.
La Garnacha está ubicada al sur de la ciudad de Estelí. Antes, miles de jóvenes abandonaban sus comunidades rurales en busca de mejores perspectivas. Desde la crisis sociopolítica de 2018, se estima que más de 400,000 nicaragüenses han cruzado la frontera hacia Estados Unidos. Sin embargo, la tendencia parece estar cambiando.
Resurge el turismo local en La Garnacha
Eleodoro Miranda, fundador de la empresa turística “Eleotour Nicaragua”, comparte su entusiasmo por el creciente número de visitantes en la zona. “Los jóvenes prefieren quedarse aquí, donde hay más oportunidades gracias al renacer del turismo”, comenta. Esta iniciativa promueve recorridos por los atractivos naturales y culturales de La Garnacha.
Aunque el turismo aún no ha alcanzado los niveles previos a 2018, porque en la actualidad el 70% de los turistas actuales son nacionales. Esto representa un desafío, ya que los turistas internacionales tienden a gastar más y quedarse por períodos más largos, beneficiando a la economía local.
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La pandemia de COVID-19 exacerbó la migración desde La Garnacha, empujando a muchos a buscar refugio en Estados Unidos ante el cierre de negocios y la falta de turismo. A pesar de las dificultades, en los últimos meses, la comunidad ha observado una disminución en la migración, impulsada por el resurgimiento del turismo y la diversificación de su economía.
Una residente que prefirió permanecer en el anonimato comentó que, aunque la llegada de turistas ha mejorado la situación, muchas familias todavía dependen de las remesas de sus seres queridos en el extranjero. “A pesar de que llegan más turistas, la crisis económica aún se siente, pero estamos mejorando poco a poco”, señaló.
Un destino natural con historia y tradición
La Garnacha es reconocida por su impresionante entorno natural, su clima fresco y la calidez de su gente. Ubicada a 1,400 metros sobre el nivel del mar, ofrece a los visitantes una experiencia auténtica de inmersión en la naturaleza y en las costumbres locales.
Entre sus principales atractivos se encuentra la Fábrica de Queso Suizo, donde los visitantes pueden observar y participar en la elaboración de queso artesanal. Este producto se ha convertido en un símbolo de la autosostenibilidad de la comunidad, junto con otros productos locales como hortalizas, café de alta calidad y artesanías de piedra zopilota.
A pesar del alivio que representa el turismo nacional, la falta de visitantes internacionales sigue siendo un reto. Los turistas extranjeros gastan más y suelen prolongar su estancia, beneficiando a los negocios locales. Para abordar esto, la comunidad ha lanzado campañas para incentivar tanto a turistas nacionales como internacionales a disfrutar de las opciones de hospedaje que ofrece la región.
Destacan alojamientos como El Volcán, con cabañas de adobe que ofrecen vistas espectaculares, y otros como Marduk Gardens, Hostal Mariela y Posada Cely, cada uno ofreciendo experiencias únicas en un entorno natural.
Compromiso con la sostenibilidad en La Garnacha
La comunidad de La Garnacha ha adoptado prácticas agrícolas sostenibles, como la lombricultura, que contribuyen a la autosuficiencia y preservación del medio ambiente. También cultivan granos básicos y producen café de alta calidad, posicionándose como un modelo de sostenibilidad para otras comunidades rurales en Nicaragua.
La Garnacha no solo es rica en productos agrícolas, sino que también es un paraíso para los amantes de la naturaleza. Los visitantes pueden explorar el Cerro Apaguajil, un mirador que ofrece vistas impresionantes, o la Cueva de los Duendes, rodeada de leyendas locales que atraen a los curiosos.
Según el Banco Central de Nicaragua, en 2023 el país recibió 739.2 millones de dólares en turismo, un aumento del 24.1% en comparación con el año anterior. Estos datos son alentadores para comunidades como La Garnacha, que dependen del turismo para mejorar sus condiciones de vida.
Mirando hacia el futuro
Los prestadores de servicios turísticos en La Garnacha reconocen que aún queda camino por recorrer. Sin embargo, a pesar de los desafíos, la comunidad ha comenzado a recuperar la esperanza y trabaja en conjunto hacia un futuro más próspero.
Llegar a La Garnacha es una aventura en sí misma. Desde Managua, se toma la carretera hacia Estelí, girando en el kilómetro 135 hacia el municipio de San Nicolás, y siguiendo las indicaciones hasta el empalme del Rancho Don Luis, desde donde se accede a esta encantadora comunidad.
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El medio ambiente clama por mejores prácticas en Camoapa
Antes había montaña, pero ahora no, es la realidad que se vive en el municipio de Camoapa
Las generaciones actuales todavía pueden escuchar a sus abuelos hablar sobre el paisaje de antaño, con historias de montañas espesas y llenas de animales silvestres, ríos grandes y ojos de agua en cualquier lugar. Esta escena pintoresca ha cambiado en la región central del país y las personas están conscientes, pero falta un cambio de actitud que detenga el deterioro ambiental.
En Camoapa hay historias singulares, pues la gente suele decir que va para la montaña cuando se dirigen hacia las comarcas o las fincas, pero solo es una referencia de lo que alguna vez fueron los grandes bosques en la región. Las personas expertas consideran que las malas prácticas ambientales han acelerado la destrucción de buena parte de los recursos naturales en la localidad.
La ingeniera agrónoma y experta en temas ambientales, Lucia Sequeira considera que hay avances significativos en el tema de buenas prácticas agrícolas que procuran la protección de los bosques, pero no se debe negar que hay afectaciones serias por los años de deforestación, sufrida por la región. “Recordemos que venimos de hacer prácticas culturales no adecuadas para el ambiente; quemas, despales y eso produce lógicamente algunos elementos como los que estamos viviendo, desórdenes que hay a nivel ambiental mundial”, afirma Sequeira, quien además atribuye el problema a otras causales como la actividad ganadera que deteriora la calidad del suelo.
En Camoapa se han hecho esfuerzos por reforestar algunas áreas y evitar continúe el deterioro ambiental. El encargado de la unidad ambiental de la Alcaldía de Camoapa, ingeniero Eduardo Urbina, asegura que la situación en general de los bosques en Nicaragua es preocupante, principalmente por el avance de los sistemas agrícolas como una de las causas de la deforestación. Según Urbina no hay respeto por las áreas protegidas y con preocupación dice que “Masigue también está siendo afectada la parte noreste está completamente deforestada, lugares con grandes pendientes, están completamente convertida en pastizales”, en referencia a uno de los cerros emblemáticos del municipio.
Responsabilidades pendientes
El ingeniero Urbina explica que la municipalidad tiene limitantes para frenar la deforestación, debido a la falta de facultades coercitivas que permitan el impulso de acciones contra los depredadores. El funcionario dice que esa posibilidad recae sobre otras instituciones públicas como el Instituto Nacional Forestal (Inafor) y el Ministerio del Ambiente y los Recursos Naturales (Marena).
“La alcaldía no tiene la facultad de procesar a la persona que está haciendo esto y que tiene todo en el poder o en sus manos es Inafor, Marena”, refiere Urbina al hablar de la posibilidad de abrir causas contra las personas que deterioran la calidad del ambiente con sus actividades.
Sobre este tema, la ingeniera Lucía Sequeira afirma que el cuidado de los bosques también le compete al resto de actores en la comunidad, incluyendo a los productores. Parte de esa responsabilidad también pasa por cuidar las fuentes de agua y evitar la contaminación del suelo con la basura, adoptando una mayor conciencia ambiental, refiere la ingeniera, quien agrega que “se ha perdido mucha madera preciosa que ya deberíamos estar sembrando, lo que pasa que son temas a largo plazo que nosotros creemos que no los podemos aprovechar y cuando nos damos cuenta, estamos encima de la jugada y aprovechamos”.
Las fuentes de agua son víctimas de las malas prácticas
La ingeniera también asegura que en la actualidad hay poca conciencia de la importancia de cuidar las fuentes de agua y afirma que la humanidad ha provocado la desaparición de ríos y manantiales. “El mismo deterioro ambiental ha venido calando en la disminución de la adquisición de las aguas superficiales y por ende el mismo desgaste y deterioro ambiental, va influir lógicamente en las aguas subterráneas”, lamenta la especialista.
Según Sequeira, las aguas sufren de forma sistemática por prácticas indebidas como el tirado de la basura en las quebradas. “Paulatinamente vamos viendo que van desapareciendo las fuentes de aguas superficiales y eso también ayuda a disminuir las posibilidades de siembra, de aguar los animales, las posibilidades del agua de consumo principalmente”
La calidad del agua es un tema de preocupación en las comunidades, especialmente donde hay pozos que abastecen el consumo humano. El ingeniero Eduardo Urbina, como funcionario municipal, coordina el funcionamiento comunitario de los llamados Comités de Agua Potable, previendo el uso de cloro en aquellos pozos que así lo requieran. «Estos son perforados, en su mayoría tienen calidad, pero a algunos se les da el tratamiento con cloro cuando hay alguna fuente que está contaminando”, explica Urbina.
Urbina cuenta que el acceso al agua potable en las comunidades rurales de Camoapa sólo está disponible para el 60 por ciento de la población, debido a las distancias entre una vivienda y otra y entre estas con relación al pozo. En el mapa nacional de turismo, un sitio oficial del gobierno se establece que la población rural de Camoapa es de 22,549 personas y el 40 por ciento referido por el ingeniero Urbina sería de poco más de 9 mil personas sin acceso a una fuente de agua.