Cada que llueve la mayoría de pobladores del anexo al barrio Héctor Ugarte son evacuados y hasta hoy las autoridades no les solucionan el problema

Siete años tiene don José Alejandro Hurtado Artola junto a su familia, de esperar una respuesta que les permita solucionar el problema del barrio. En cada temporada de invierno el cauce natural que pasa por el anexo al barrio Héctor Ugarte, de Juigalpa, rebasa su caudal. Inunda un buen número de viviendas y sus ocupantes deben ser evacuados.

Hurtado Artola, que se identifica como desmovilizado del Ejército, expresa su malestar porque sus gestiones no dejan frutos alentadores. Recuerda que en cada invierno pasa serias dificultades al momento que el cauce sobrepasa su caudal. En ocasiones, a alta horas de la noche le ha tocado abandonar su sencilla vivienda.

¿Cómo piensan enfrentar la temporada lluviosa este año?

José Alejandro, con tono molesto responde: “Vamos a enfrentar las lluvias en las mismas condiciones del año pasado. Espero que este año el invierno no venga fuerte, porque es duro para nosotros y en realidad necesitamos la ayuda requerida de nuestras autoridades”, clamó el afectado.

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También ve como una solución al problema la reubicación de las familias que son afectadas y que construyeron en la ribera del cauce natural. Esta quebrada nace detrás del cementerio de Juigalpa y deposita sus aguas en el río Mayales. “Yo siempre he dicho que nos den un solar, aunque no sea regalado, pero eso nos sacaría del problema que enfrentamos año con año”, agregó.

Los sectores más vulnerables de Juigalpa

De acuerdo a los órganos de rescates, Paiwa, Diriangén, Padre Miguel, El Santuario, Maritza Rivas y el anexo al Héctor Ugarte, son los barrios más vulnerables a las inundaciones en Juigalpa durante la época lluviosa. Además, en el sector de Panmuca hay zonas de derrumbes que exponen al peligro a varias familias.

Según José, el año pasado el invierno sólo provocó una llena que no dejó tantos estragos. También el agua no penetró a las casitas en su mayoría forradas de zinc y madera. Para el 2022 le clamó a Dios que la temporada no venga abundante  porque sería duro para las familias que son afectadas.

El agua del cauce penetra las casas del barrio

En su sencilla viviend doña Teresa Requenes, le suplica a Dios que este año el invierno no genere muchas llenas en el cauce. El agua entra “como Pedro por su casa” y arrastra lo que encuentra en su camino, de igual forma, deben buscar refugio con sus hijos en los inmuebles que no son afectados.

“Cada invierno es triste para nosotros y las inundaciones nos han dejado sin ropa, sin trastos de cocinas y hasta sin comida, lo peor es que ninguna autoridad se acuerda de nosotros y nuestra fortaleza es el poder de Dios que jamás nos ha desamparado”, declaró la señora.

Planes temporales, pero sin solución permanente

Una fuente del Sinapred en Chontales, informó, que ya están listos los planes para atender cualquier inundación, deslizamiento de tierra o desbordamientos de ríos. Asimismo, constatan el equipamiento de las Brigadas de Respuestas Rápidas y esperan que la población asuma con responsabilidad las orientaciones de los  Comités Municipales para la Prevención, Mitigación y Atención a Desastres (Comupred).

Señaló la fuente, que los 10 municipios de Chontales están en riesgo de sufrir una emergencia en la temporada de invierno y mencionó, que el año pasado el río Artigua que cruza por Santo Domingo, registró una llena no vista desde hace aproximadamente 28 años, que dejó una estela de destrozos en viviendas, calles, negocios e instituciones públicas.

Se considera que el invierno que se avecina será normal y según los expertos no tendrá incidencia de  los fenómenos naturales del Niño y la Niña, pero el escenario de huracanes será alto, aunque todavía no se determina si alguno de esos ciclones afectará el territorio nacional.