El Ministerio Público acusó a Martha Rivas Hernández, a quien habían presentado como supuesta víctima de violencia del sacerdote Manuel García. La mujer declaró que los morados que tenía en su rostro fueron por un golpe accidental de parte del cura y esto ahora lo toman como «falso testimonio«.

Martha Candelaria Rivas Hernández, una mujer que estuvo involucrada en un caso de violencia por el sacerdote Manuel García, de la ciudad de Nandaime, enfrentará cargos de falso testimonio tras testificar que el cura la «golpeó de manera accidental».

Con anterioridad, Rivas Hernández había declarado ante medios oficialistas que había sido agredida mientras el sacerdote, y ella, se encontraban en estado de ebriedad el pasado 30 de mayo.

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La Fiscalía la acusa de falso testimonio y la justicia le decreta prisión preventiva, según detalla el acta de audiencia preliminar a la que obtuvo acceso LA PRENSA.

La Prensa indica que tras esa audiencia, la fiscal Cristhian Kariela Huete Zeledón presentó un escrito ante la judicial María Monterrey, argumentando que en dicha audiencia se habían cometido delitos por parte de la víctima que no se siente agredida.

Según Rivas Hernández, un día después de lo ocurrido, el sacerdote había dicho a la denunciante que se sentía apenado. “Me siento apenado, es primera vez que pasa esto, pero vos viste cómo fue que se provocó, por tu reclamo, discúlpame, la verdad que me duele verte así, me duelen tus hijos porque te van a ver así. Vos no sabes lo que ando sintiendo porque no fue mi intención, porque si hubiera sido mi intención, yo te agarro (golpeo) de frente y te hubiera brotado el ojo, pero démosle gracias a Dios que fue un arrebato que yo tuve”, contó Martha Candelaria.