En quince minutos, conocí la historia de una madre camoapeña, ella es la señora Cristina Arroliga Romero. Con esta mujer de ochenta años de edad converse amenamente sobre la labor de ser madre, hoy en Nicaragua se conmemora la efeméride.
Ella asegura que los padres y madres han perdido la autoridad sobre los hijos e hijas, y lamentablemente en la escuela no se refuerzan los valores.
Tuvo siete hijos e hijas y con el apoyo de su esposo logro educarlos, tres de ellos son profesionales. Cinco están fuera del país y lamenta la separación familiar, pero era necesario por la guerra.
Ella se casó de 21 años, su esposo tenía 30. El falleció hace 16 años, y desde entonces económicamente depende del apoyo de sus hijos e hijas.