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Elecciones presidenciales en Bolivia: gana el partido MAS de izquierda

por | 19/10/2020, 6:00:PM | Internacionales

Colaboración del periodista boliviano Erick Ortega.- El Movimiento Al Socialismo (MAS) se impuso en las elecciones del domingo 18 de octubre con una votación que se puede catalogar como sorprendente. Los seguidores del partido de Evo Morales apostaban, sí, por ganar en primera vuelta electoral pero alcanzar ese triunfo en las urnas parecía (casi) una misión imposible debido a un escenario repleto de incertidumbre.

En Bolivia, para ganar en primera vuelta se requiere llegar al menos al 50% más un voto, o llegar al menos al 40% de la votación y tener una diferencia de 10 puntos respecto al segundo lugar. El MAS alcanzó más del 52%, según los datos que se conocieron en los primeros minutos del lunes 19.

Antes de ir a las urnas había una serie de encuestas que daban por ganador al candidato masista Luis Arce, pero se vaticinaba una segunda vuelta con su contendiente principal, Carlos Mesa; en este escenario las encuestas daban por favorito a Mesa. Los indecisos tenían la llave de la elección.

LARGO CAMINO

La elección del domingo fue el punto final a un año repleto de incertidumbre. El 20 de octubre de 2019 los bolivianos acudieron a las presidenciales en las cuales el candidato oficialista Evo Morales acudía como favorito. Sin embargo, tras la votación hubo denuncias de fraude y el panorama se llenó de sombras cuando el recuento de votos quedó paralizado. Tras cinco días de espera, el cómputo final confirmó la victoria del líder masista con el 47,08% de los votos frente al 36,51 de Carlos Mesa, de Comunidad Ciudadana.

Las denuncias de fraude se multiplicaron y Morales quedó cercado por las movilizaciones sociales, especialmente en las ciudades capitales del país. Policía y Fuerzas Armadas se pusieron del lado de los movilizados, Morales renunció a la Presidencia y salió del país. El 12 de noviembre asumió Jeanine Áñez la presidencia interina del país, hasta entonces, ella era senadora de la agrupación opositora Unidad Demócrata.

La tensión se extendió hasta fin de año y Áñez determinó nuevas elecciones para el 3 de mayo. La crisis del Coronavirus llegó al mundo y Bolivia decreto emergencia sanitaria en marzo. Las elecciones se postergaron para el 6 de septiembre y luego para el 18 de octubre.

En medio, el gobierno de Áñez fue señalado por corrupción en la adquisición de respiradores y por el ma nejo arbitrario de bienes del Estado. Hubo ensañamiento con algunos sectores afines al MAS y se abrió distintos frentes. Cerró los ministerios de Cultura, Deportes y Comunicación e informó que el país debería evitar “gastos insulsos”.

Morales tampoco estaba en un momento tranquilo, fue acusado de mantener relaciones con menores de edad y se le evitó candidatear como senador por su partido. El elegido para suplirlo en la candidatura a la Presidencia fue Luis Arce, su alfil en el manejo económico del país.

AMANECER DIFERENTE

Tras la salida de Morales del país, el MAS quedó acorralado y se vaticinaba una hecatombe en filas del partido del líder cocalero. La idea de un frente común contra el MAS no se concretó y en la papeleta del domingo 18 quedaron cinco rostros optando a la presidencia.

El amanecer del lunes 19 estuvo repleto de explicaciones. Se acusó a los políticos por no haberse sumado en una causa común, se recordó los errores de la gestión de Áñez (quien saludó la victoria de Arce) y hubo un sinfín de razones tras la elección.

Luis Arce obtuvo una votación mayor a la de Morales en 2019. En su primer discurso dijo que iba a gobernar “para todos”. Desde la noche del domingo hasta el amanecer del domingo se escuchan petardos festejando la victoria masista. Mientras, el país aún anda dividido, pero esperanzado, hoy no ha y otro camino.

 

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